Dinamizar el territorio rural y diversificar las actividades en este entorno para lograr un aumento del empleo, la fijación de la población y la lucha contra el envejecimiento, son los objetivos principales que se persiguen con la figura del Grupo de Acción Local (GAL), línea que se enmarca en el Programa Desarrollo Rural (PDR) y la iniciativa Leader.

Con casi veinte años de existencia, esta línea que implica a entidades públicas y privadas tiene cuatro ejemplos destacados en la Región de Murcia, que abarca la práctica totalidad de los municipios con zonas desfavorecidas: los GAL Integral, Nordeste, Campoder y Vega.

La iniciativa Leader, que no contempla a las zonas costeras, estuvo centrada en sus comienzos en la promoción del turismo rural, según recuerda la directora general de Fondos Agrarios y Desarrollo Rural, Carmen María Sandoval. Si bien desde entonces ha ampliado sus horizontes. «Hay una parte que subvenciona proyectos municipales y otra los privados», comenta, indicando que para el periodo 2014-2020 la Región de Murcia tiene una dotación de 18,22 millones de euros.

Este dinero se reparte entre los cuatro GAL: 5,8 millones corresponde al Integral; 3,94 al Nordeste; 4,52 al Compoder y los 3,96 millones restantes al Vega.

«Las ayudas a los proyectos que se presentan oscilan entre los 500 euros y los 150.000, pues las estrategias de desarrollo de estos grupos son muy diversas», explica Sandoval. De hecho, se ha aportado fondos a proyectos para poner en marcha o impulsar bodegas (como las de Juan Gil en Jumilla), pizzerías, imprentas e incluso una residencia de mayores, actividades culturales o actuaciones de conservación del patrimonio cultural rural.

«Las iniciativas se aprueban por concurrencia selectiva y teniendo en cuenta la mayor implicación en el fomento del empleo o en cubrir una necesidad de esa zona, así como que tenga continuidad en el territorio y sea un revulsivo para su crecimiento», señala la directora general.

Sandoval recuerda que la central quesera jumillana Montesinos nació de un proyecto Leader; como también han tenido ayudas las Rutas del Vino de Jumilla y Yecla, la restauración del convento de San Francisco de Mula, el museo de los Caballos del Vino de Caravaca de la Cruz o el yacimiento de La Bastida, en Totana. El apoyo a las actividades tradicionales, como el folclore o el encaje de bolillos, tampoco se quedan fuera, porque «hay que evitar que se pierdan».

«Han sido muchas las iniciativas que han podido comenzar o crecer gracias a estos fondos en las dos últimas décadas», subraya.

Debilidades y fortalezas

Debilidades y fortalezasLos proyectos los presentan estas entidades de acción local, que son público-privadas, y que se encargan de valorar la importancia para sus respectivos territorios. «Son los que mejor conocen las fortalezas y debilidades de cada zona», indica Sandoval.

A partir de ahí, le corresponde a la Consejería de Agricultura aprobarlos. De hecho, la directora general manifiesta que actualmente su departamento está revisando los proyectos privados presentados para concederles la subvención. «Hay gente muy creativa y que cree en las oportunidades de futuro del medio rural y para los más jóvenes», concluye.