El Gobierno regional ha impuesto una multa de 1.474.000 euros a la compañía mercantil Proambiente por «reiterados y graves incumplimientos» en la gestión de residuos del vertedero y de la planta de tratamientos de Residuos Sólidos Urbanos ubicada entre Abanilla y La Murada (Orihuela). Se trata de la mayor sanción económica que ha impuesto la Comunidad por un delito medioambiental, según confirmaron ayer fuentes regionales. Ecologistas y asociaciones vecinales denunciaron durante muchos años que la basura se enterraba en Abanilla sin llevar a cabo ningún tipo de tratamiento de separación de residuos ni de reciclaje, incumpliendo las normas medioambientales.

El Consejo de Gobierno de la Región resolvía ayer, a propuesta de la Consejería de Medio Ambiente, el procedimiento sancionador que abrió la Dirección General de Medio Ambiente y Mar Menor contra Proambiente, la empresa que se encargó hasta el año 2011 de la gestión del vertedero de Abanilla y que en febrero de 2016 se declaró en concurso de acreedores.

La Comunidad, que tuvo que intervenir de forma subsidiaria para restablecer «la legalidad ambiental» ante «la falta de actuación por parte de la empresa», pretende con esta multa recuperar el dinero que se está invirtiendo en la restauración de la zona.

«El desastre medioambiental tiene que pagarlo la empresa, no los ciudadanos», señalaban ayer desde la plataforma Ecologistas en Acción. Los ecologistas celebran la sanción que ha puesto la Comunidad porque el coste económico de «los trabajos de excavación y reparación sale de las arcas públicas y supone mucho esfuerzo para la Administración regional».

Los ecologistas, que valoran el esfuerzo de la Dirección de Medio Ambiente para evitar «un desastre total», recuerdan el daño medioambiental que supuso en el vertedero la gestión de las basuras, que «directamente pasaban del camión al agujero». Este procedimiento ilegal, señalan, «era barato, lo que facilitaba que la compañía se llevara concursos de las contratas de muchos municipios de la Vega Baja y la Región». «Eran los más baratos simplemente porque no hacían ningún tipo de tratamiento en la instalación», como así añadían desde Ecologistas en Acción. Como consecuencia, el basurero acumula todavía 33.700 m3 de lixiviados contaminantes, que están almacenados en dos balsas.

Fase final de la recuperación

Desde la Comunidad detallaron que la recuperación del antiguo vertedero de Abanilla encara ya la «recta final». Los trabajos en la zona afectada por vertidos ilegales alcanzan el 80%. Estas obras, que esperan que estén terminadas en noviembre, corresponden al proyecto de adecuación, sellado, clausura y restauración de la parte que se vio afectada por los vertidos ilegales.

«De la superficie de más de 270.000 metros cuadrados afectados por estos vertidos se han sellado 195.000, correspondientes a los vasos 1-2, 3 y H. El 28% restante corresponde a actuaciones puntuales y a los vasos A y 0, que están ubicados en zonas comunes con la Comunidad Valenciana», explican desde la Comunidad en una nota de prensa.