Pese al camino recorrido, aún queda mucho por hacer para prevenir las conductas suicidas y evitar que cada año cerca de un centenar de murcianos se quiten la vida. Para ello, la Consejería de Salud murciana ha apoyado la campaña informativa y los actos organizados por Teléfono de la Esperanza con motivo de la celebración ayer del Día Internacional para la Prevención del Suicidio.

Concretamente, Salud quiere visibilizar las conductas suicidas y redirigirlas a través de políticas de prevención para contribuir a reducir el número de casos.

Los últimos datos del Ministerio de Justicia sitúan a la Región de Murcia como la tercera autonomía en número absoluto de suicidios, por detrás de Asturias y Galicia, registrando una tasa de mortalidad de 8,43 por cada 100.000 habitantes, frente al 7,46 de la media nacional. Pese a estar a la cabeza de España en este indicador, el número de suicidios ha caído un 27 por ciento en el último año, ya que en 2017 se contabilizaron 92 en la Región de Murcia, frente a los 126 del año 2016.

El consejero de Salud, Manuel Villegas, visitó ayer el espacio habilitado en la plaza de Santo Domingo de Murcia para conmemorar el Día Internacional para la Prevención del Suicidio, cuyos actos organiza el Teléfono de la Esperanza, para manifestar el apoyo de la Consejería a esta iniciativa.

Además, en el hospital psiquiátrico Román Alberca, se dio lectura al manifiesto 'Trabajando juntos para la Prevención Suicida', con la participación de usuarios, familiares y profesionales de Salud Mental, a fin de apoyar a todas las personas que se han tenido que enfrentar a esta situación. La asociación Amanecer también dio voz a la experiencia en primera persona de familiares que han sufrido este trauma. Una forma más de visualizar este grave problema que afecta a la sociedad.

Cada día hay una media de 3.000 personas que ponen fin a su vida, y al menos 20 personas intentan suicidarse por cada una que lo consigue. El lema de la jornada de este año es 'Da palabra al dolor', para hacer visible este problema y hacerle frente. Villegas recordó que la conducta suicida no es una enfermedad ni un trastorno circunscrito solamente al ámbito psiquiátrico. «Todos tenemos que estar implicados en afrontar el tabú del silencio y trabajar a fondo en la prevención para favorecer que quienes pasan por este proceso recuperen las ganas de vivir», indicó.

Por ello dijo que «hacemos una llamada a la responsabilidad de todos de atender a quienes pueden estar cuestionando el valor de sus propias vidas y ofrecerles ayuda». El consejero expuso que el suicidio sigue siendo un tema tabú sobre el que se mantienen muchos mitos, «pero hablar correctamente sobre los suicidios los previene».

Dispositivos de ayuda

El responsable de Salud dijo que los ciudadanos cuentan con la ayuda integrada por los servicios de 112, urgencias hospitalarias, centros de salud mental y asociaciones, servicios disponibles en la web de prevención suicida de Murciasalud, donde se ofrecen recursos para prevenir el suicidio y se ayuda a las personas afectadas, tanto personalmente como a los familiares.

En el ámbito de la salud mental, la Consejería de Salud está diseñando la Acción Regional de Salud Mental 2018-2022, una estrategia que servirá para reorganizar todos los dispositivos existentes para una atención comunitaria integral que optimice el cuidado a los pacientes. Además, en breve se publicará el Plan para el Impulso y Mejora de la Salud Mental en la Comunidad Autónoma de la 2019-2022, donde se hace especial hincapié en la necesidad de prevención y mejora de los cuidados a personas con riesgo de suicidio y/o tentativas suicidas.

La Administración regional dispone de un importante número de recursos asistenciales específicos para salud mental, como 18 centros de salud mental, centros de atención a drogodependientes y un hospital de día infanto juvenil en el centro de Salud Mental de San Andrés, entre otros.

Durante 2017, la Comunidad atendió en sus diferentes programas asistenciales de salud mental a cerca de 70.000 murcianos, que realizaron más de 500.000 consultas, de los que casi 19.000 se debieron a cuadros de depresión y ansiedad y precisaron casi 130.000 consultas en ese año.