Observar si existe el efecto conocido como 'isla de calor', que marca diferencias significativas de temperaturas entre el entorno urbano y el entorno rural en diferentes épocas del año, es el objetivo de un proyecto europeo en marcha y que se prolongará durante cuatro años.

Cartagena, Lorca y Águilas serán los tres municipios españoles que harán de conejillos de indias durante este tiempo, para lo cual van a colaborar con la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante).

El estudio sobre los efectos urbanos de islas de calor en estos tres municipios tiene como investigador principal al profesor de Estudios Económicos y Financieros Agustín Pérez Martín, quien junto con otros compañeros va a ser el encargado de recoger todos los datos del estudio y elaborar la estadística.

Durante cuatro años recogerán los datos de los sensores o 'dataloggers' de temperatura y humedad que, de manera aleatoria, se han instalado en tres zonas urbanas y en una rural de cada municipio.

Se van a colocar en una zona urbana cerrada, en una media y en una abierta. ¿Qué determina qué tipo de zona es? «La visión de ciclo en un plano zenital invertido, es decir, cuando miramos hacia arriba qué cantidad de cielo somos capaces de ver; cuanto más veamos más abierta es la zona», explica el profesor Pérez Martín.

«Se han elegido las zonas en cada una de las categorías con carácter aleatorio, si bien deben ser representativas del municipio para que los resultados del trabajo sean más fiables» y no comprometan los resultados del estudio, añade el investigador.

Por tanto, serán 9 sensores urbanos y 3 rurales los que están midiendo diariamente y cada quince minutos durante los cuatro años del proyecto el efecto de la isla de calor urbana en estas localidades.

Los primeros sensores se han instalado durante el mes de julio, por lo que hasta verano de 2019 no se podrán conocer los primeros resultados.

«Con técnicas estadísticas veremos si realmente existe dicho efecto; aunque ya tenemos un antecedente, un trabajo similar realizado en el municipio de Murcia, que constató la diferencia de temperaturas en los entornos urbanos y rurales», señala Agustín Pérez.

Cada año, los investigadores tendrán que tomar nota e ir analizando un total de 420.480 datos, para lo cual se hará uso del 'big data'.

Los resultados del estudio servirán para hacer recomendaciones a los responsables políticos de las administraciones competentes, para poner remedio a los previsibles aumentos de la temperatura de las ciudades por el tipo de urbanismo y de los materiales utilizados en la construcción.

Sensores en garitas

La colocación de los sensores y su protección (una especie de garita) se ha realizado en farolas de alumbrado público, a una altura mínima de tres metros, «de modo no invasivo», comenta el concejal de Turismo, Desarrollo Local y Formación de Águilas, Ginés Desiderio Navarro, quien recuerda que hace un mes que se instalaron en las calles elegidas de la localidad.

En Cartagena se han instalado en calles del ensanche, como Jorge Juan y Severo Ochoa. Además, según explica la concejala de Medio Ambiente, Obdulia Gómez, en el proyecto también se han previsto zonas de conexión con los espacios verdes de la ciudad.

«Serían espacios híbridos de sombra, o bien por la construcción de pérgolas, o cubiertas verdes, así como por la construcción de estanques como espacios húmedos; todo ello para lograr la reducción de las temperaturas», añade.

Para la participación en este proyecto el municipio tiene una dotación económica de casi 300.000 euros y la concejala indica que está a falta de la contratación.

«Si los resultados demuestra que merece la pena lo que hemos hecho para rebajar el calor en la ciudad, estudiaremos ampliarlo a otras zonas del municipio, como el casco histórico, y lograr este efecto sombra», indica Gómez.

En Lorca, se ha elegido la conocida calle de La Corredera, que es peatonal, para instalar unos toldos entre los edificios con los que crear un pasillo de sombra. También se instalarán en calles adyacentes como Pío XII. Los sensores de medición se colocarán por encima y por debajo de los toldos.

«Los toldos serán desmontables y se colocarán durante cuatro meses, de mayo a agosto, porque al ser una zona PEPRI (Plan Especial de Protección, Rehabilitación y Reforma Interior) la Consejería de Cultura sólo nos permite colocarlos durante ese tiempo», comenta el jefe de sección de Desarrollo Sostenible del Ayuntamiento de Lorca, Francisco López Zarco, que también es uno de los técnicos responsables de este proyecto europeo.

El Ayuntamiento no lo ha tenido fácil ya que ha contado con la negativa de un 20% de los vecinos, que no han dado permiso para colocar los anclajes para los toldos en sus edificios. Esto ha retrasado la puesta en marcha de la iniciativa.

«Hay que tener en cuenta que no sólo sufrimos en calor ambiental, sino también el que emana del suelo y de las paredes de los edificios», comenta López.

El proyecto está en fase de contratación y el municipio tiene un presupuesto de algo más de 300.000 euros. «Esperamos poder instalar el sombraje en mayo del próximo año y si los resultados son buenos, lo ampliaremos a otras calles».

Alcaldes por el clima

El Nuevo Pacto de los Alcaldes para el Clima y la energía (PACES) tiene como misión crear una red de ciudades comprometidas para: reducir las emisiones en un 40% antes de 2030 a través de una mejor gestión local de la energía basada en la eficiencia energética y el fomento de las energías limpias; mejorar la resiliencia de las ciudades, mitigando el impacto del cambio climático y/o adaptándose a él; compartir la visión, resultados, experiencias y conocimientos técnicos con otras ciudades de dentro y fuera de la UE.