Un estudio de la comercializadora de renovables Unieléctrica, con las últimas cifras de la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) sobre coste de la energía, número de contratos 2.0A y 2.0DHA (los más frecuentes entre las viviendas) a nivel nacional y provincial y consumo medio de energía arrojan que las familias españolas emplean 4.295 millones de euros (de los 14.300 totales de las facturas) en pagar el consumo eléctrico anual de sus frigoríficos, el electrodoméstico que más consume al ser el responsable del 30% del gasto, una cantidad de dinero de la que 129,42 millones de euros corresponderían a los 848.657 contratos 2.0A y 2.0DHA existentes en Murcia.

Los datos cruzados del último Boletín de Indicadores Eléctricos de la CNMC (1) son reveladores de a dónde va a parar el grueso de la factura (sin contar impuestos, costes fijos como el de la potencia o precios 'políticos') con un electrodoméstico que es el responsable del 30% del gasto anual eléctrico anual en viviendas dado que, pese a su relativamente escasa potencia, está en funcionamiento las 24 horas del día 365 días al año.

Hay que recordar que el televisor y la lavadora siguen a la nevera a mucha distancia (ambos en torno al 12% del gasto), mientras que el 4º puesto corresponde a la cocina (un 8% de media de las familias españolas) y el 5º al lavavajillas.

Los expertos en diferentes estudios están de acuerdo en que un mal uso del frigorífico puede elevar el gasto hasta en un 50% en este electrodoméstico, lo que supondría elevar de ese 30% a un 45% el gasto producido por la nevera, y a pagar 150 euros más de la factura media anual de una familia, que es de unos mil euros anuales.

También los especialistas coinciden en sus consejos para que el frigorífico no nos traiga unas facturas que nos dejen congelados, nunca mejor dicho. Por un lado, estarían unos consejos 'estructurales', valga el término, sobre el electrodoméstico en sí mismo y nuestro contrato. Así, hay que ajustar la potencia de nuestro contrato a las necesidades reales.

A veces más vale que 'salten alguna vez los plomos', como popularmente se le llama al Interruptor de Control de Potencia (ICP), que pagar el doble por una potencia contratada que apenas se usa. Otro consejo sería comprar un frigorífico eficiente energéticamente (A+, A++ o A+++) y de un tamaño adecuado a la cantidad de alimentos que se suela tener, ya que mantener casi vacío el frigorífico o cargado a tope multiplica el gasto.

Más aún, si se puede escoger el sitio, instalar el frigorífico en un punto alejado de rayos directos del sol o cerca del horno y la cocina, además de dejarle 5 centímetros en la espalda para una correcta ventilación del sistema de enfriado del aparato.

"Y muy importante: si es posible comprar el frigorífico con sistema 'no frost', ya que solo 5 milímetros de hielo acumulado en las paredes (que en contra de lo que puede pensarse actúa como aislante) incrementa el gasto en un 30%", explican.

Otro elemento clave: la mejor conservación con el menor gasto se produce con el frigorífico a 5º C y el congelador a -18º C. Un dato más que llamativo: cada grado que se baja de esta temperatura aumenta el consumo en un 5%.

Asimismo, para ahorrar con el frigorífico (o al menos que no nos cueste tanto versan sobre el uso) no hay que pegar los alimentos a la parte trasera y nada de quedarse embobado mirando el contenido del frigorífico para decidirse por uno u otro alimento, ya que basta mantener abierta la puerta 20 segundos cuatro veces al día para que el consumo aumente un 20%).

Tampoco meter alimentos calientes en el frigorífico o en el congelador. Hay que esperar a que se enfríen hasta la temperatura ambiente en el exterior antes de meterlos en el electrodoméstico. De la misma forma, si se va a descongelar, sacar el alimento del congelador con tiempo y dejar que se descongele en la parte de la nevera, con ello el frío 'retornará' al electrodoméstico.

Finalmente, hay que cambiar la goma que sella la puerta en cuanto ésta no cierre bien y descongelar y dejar abierto el frigorífico al menos una vez al año, aprovechando para limpiarlo bien (el hielo y el moho son enemigos del aparato y aumentan el consumo) y también eliminar el polvo de la parte trasera.