La cuenca del Segura está a punto de cumplir sus cuatro años de sequía declarada oficialmente. En este tiempo las aportaciones totales brutas a los embalses han llegado a tener mínimos, si no históricos, sí tan bajos como los 214,9 hectómetros cúbicos del año hidrológico 2016-2017.

La Confederación Hidrográfica del Segura ya ha presentado para su tramitación al Ministerio para la Transición Ecológica la aprobación del quinto decreto de Sequía en la cuenca, en estos momentos, la más seca de la Península.

Según los datos de la CHS, la media histórica de las aportaciones reguladas brutas está en 467 hm3 al año, en una serie que recoge desde 1930-1931. Si se toma como referencia la media desde el año hidrológico 1980-81, esta media desciende a 324 hm3.

Fue durante la peor sequía de la cuenca, a comienzos de los 90, cuando se produjo el menor índice de aportaciones a los embalses. De hecho en 1994-1995 este índice descendió al mínimo histórico: 134,93 hm3. El año anterior, sólo se recogieron 137,7 hm3 y hubo que esperar al año 2012-13 para que entraran en los pantanos cantidades que no se recogían desde los años 30 y40: 825,079 hectómetros cúbicos.

Además del Cenajo, la demarcación hidrográfica del Segura tiene otras cuatro presas mayores, y algunas más pequeñas, para regular el agua que les llega, aportaciones bien por escorrentías, precipitaciones, aportes de los ríos o de los acuíferos e incluso del Trasvase Tajo-Segura. Los grandes pantanos pueden almacenar hasta 527 hectómetros cúbicos.

Son los embalses de La Pedrera (Alicante), que tiene una capacidad máxima de 246 hm3; el Fuensanta, en Yeste, Albacete (210 hm3); el Camarillas, en Hellín, Albacete (36), que está prendiente de obras de ampliación para llegar a los 100 hectómetros cúbicos; y el Talave, en Liétor, también de la provincia de Albacete (35 hm3).

El conjunto de las otras presas pequeñas pueden recoger hasta 176 hectómetros cúbicos.