José Miguel Martínez Carrión es el investigador principal del estudio que demuestra la influencia que tienen una mala alimentación y los factores ambientales sobre la estatura de las personas a lo largo de los siglos XIX y XX.

En sus investigaciones, usted habla de factores ambientales. ¿En qué proporción influyen, con respecto a los genéticos?

Nadie discute la importancia de la genética, es decisiva. La talla adulta va a reflejar tu carga genética en un 80%. Pero un 20% de tu estatura va a estar en función de lo que suceda en tu entorno. Eso lo usamos muy bien los historiadores, porque no nos fijamos en la fotografía del momento, sino que vemos la evolución de los últimos siglos. Y la altura hace dos siglos era baja e indicaba desigualdad, desnutrición y pobreza, y ahora es una estatura superior fruto de la mejora de los niveles de vida y del progreso, aunque seguimos viendo bastante diferencia.

Nombra también el nivel de alfabetización, ¿cómo puede este factor influir sobre la estatura?

Ese fue otro de los principales hallazgos. Había mucha diferencia, los que vivían dentro de las ciudades tenían mejores recursos que los que vivían en el campo. Pero además, dentro de las ciudades, los que tenían un nivel alto de alfabetización tenían tallas más altas que los analfabetos. Las diferencias entre un sirviente y un comerciante o un universitario llegó a ser de 10 centímetros. Hoy día las diferencias no son tan grandes, aunque aún persisten.

¿Cómo puede influir el cambio climático sobre la estatura?

Estamos estudiando ahora los efectos de las variaciones climáticas en la altura, pero aún estamos en la fase de investigación. Queremos ver, no solo las tendencias, sino también el efecto que puede provocar la estacionalidad de los nacidos. Es decir, si nacer en invierno o en verano puede influir en la altura final. Otra línea que estamos estudiando es el tamaño de las familias, si su composición influye; por ejemplo, estar en una familia numerosa o el orden de los nacidos, si eres de los primeros o de los últimos. Esto pudo ser determinante en el pasado, pues las familias con más hijos tenían menos recursos.

¿Entonces tienen en marcha más estudios sobre este tema que verán la luz pronto?

Sí, pero son investigaciones complicadas donde hay que recoger datos nominales. Esperamos tener algunos resultados pronto. Los estamos verificando.