Fulgencio Fernández Buendía, presidente del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Murcia desde diciembre de 1989, y consejero del Consejo General de Colegios de Veterinarios de España, es doctor en Veterinaria y Académico fundador y de número de la Academia de Ciencias Veterinarias de Murcia.

Tiene una larga trayectoria profesional que comenzó en el Partido de CEA, de 17 aldeas, en León, durante tres meses de crudo invierno en 1979. A inicios de los ochenta fue destinado como veterinario titular de Archena durante tres años, donde conoció a María Teresa, su mujer, con quien tuvo tres hijos: Fulgencio, Eduardo y Mayte, y hoy disfruta de Rodrigo, su primer nieto, que tiene cinco meses. Tras Archena pasó a Moratalla, otros tres años y medio, tras los cuales se incorporó a la Consejería de Agricultura como técnico de Desarrollo Ganadero, hasta que pasó al Ayuntamiento de Murcia donde ocupa el cargo de Jefe del Servicio de Inspección de Consumo.

¿Qué es lo que más le preocupa de la profesión como presidente del Colegio de Veterinarios?

Me preocupa la cantidad de veterinarios que se gradúan y no encuentran trabajo. Murcia es una provincia muy limitada geográficamente y tiene una serie de censos ganaderos y de animales de compañía estables, que limita la generación de empleo. Cada vez salen más universitarios con un futuro incierto, parte de ellos abocados a preparar oposiciones, salir fuera de la Región o engrosar las listas del paro. Pero la mayoría orientan su futuro al ejercicio clínico de animales de compañía ocasionando la saturación del sector de centros veterinarios que junto al incremento del IVA al 21% que los profesionales no han podido repercutir en sus minutas, han puesto en una situación difícil en cuanto a la viabilidad económica y laboral de este colectivo. También quiero revindicar nuestro estatus sanitario reconocido por Ley. Nuestra labor como agentes de salud, los centinelas que detectan cuando aparece una enfermedad zoonótica. Hacemos una gran labor de prevención, que no es reconocida por las autoridades sanitarias. Otro problema profesional procede de la reestructuración del sector ganadero. que aun manteniendo el censo están desapareciendo explotaciones de pequeño y mediano tamaño y otras se integran en las grandes empresas productoras, repercutiendo negativamente en el número de veterinarios libres y en Agrupaciones de defensa sanitarias que atiende al sector. Por otro lado, y parece anecdótico, tenemos que demandar la falta de veterinarios en las Consejerías de Salud y de Agricultura que mantienen el mismo número desde 1990 para realizar los controles oficiales en explotaciones ganaderas, mataderos, industrias alimentarias y otros establecimientos alimentarios de la región. Murcia es una potencia nacional e internacional en la producción de alimentos, cárnicos sobre todo, y en la exportación de gran cantidad de los mismos y de animales vivos, para lo que se precisa un mayor número controles oficiales siendo insuficiente el número de veterinarios actuales para lo que estimamos que se necesitarían una treintena de ellos más. La verdad que no son pocas preocupaciones€

¿Porqué es tan importante la campaña de vacunación antirrábica en verano?

Cada año mueren en el mundo, de manera agonizante, unas 60.000 personas por rabia, muchas de las cuales son niños mordidos por perros infectados con el virus por ello la FASO, OIA y la OSI han elaborado un plan estratégico ´Unidos contra la rabia´, con la pretensión de erradicarla en el año 2030. Quinientos veterinarios colegiados y unos 250 establecimientos clínicos participan en la campaña antirrábica que organiza el Colegio en toda la Región. El año pasado se vacunaron 96.000 mascotas y nuestro objetivo es alcanzar la cifra de 140.000 que es el 70% del censo y, según los epidemiólogos, es el mínimo necesario para crear el colchón inmunitario.

¿Cómo marcha la campaña ´Este verano, alimentos seguros. Tú eres parte de la seguridad de los alimentos´?

Queremos involucrar al consumidor en la vigilancia de la seguridad de los alimentos que va a consumir. Los veterinarios estamos presentes a lo largo de toda la cadena alimentaria. Hay que comprar en lugares de confianza, mirar las etiquetas, la caducidad. Saber la trazabilidad, asegurarnos de que no se ha roto la cadena de frío y evitar contaminaciones cruzadas. Todo ello contando con las suficientes medidas de higiene con la limpieza de manos y utensilios antes de manipular los alimentos. Por otra parte, en verano es muy habitual acudir a bares, restaurantes o los típicos chiringuitos de las playas o en las fiestas de los pueblos. En estos establecimientos también es importante nuestro papel como consumidores y hemos de estar atentos y vigilar las buenas prácticas de manipulación, la exposición y la conservación de los alimentos.

¿Tenemos que tener especial precaución en verano con algún tipo de alimento?

Hemos de tener especial cuidado con carnes y pescados crudos o poco elaborados. Las altas temperaturas multiplican los gérmenes. También la leche no pasteurizada y las preparaciones que contenga huevo crudo. Además se recomienda preparar los alimentos justo cuando vayan a consumirse y, si no es posible, conservarlos refrigerados y recalentarnos alcanzando los 70 grados centígrados. Los vegetales de las ensaladas, principalmente la lechuga, que se consumen en crudo, precisan de lavado con adición de unas gotas de lejía de uso alimentario para su desinfección.