La 'cadena de bloques' ha llegado a la Región de Murcia con la fundación de la asociación de blockchain y criptomonedas, una organización sin ánimo de lucro que «nació para concienciar a la sociedad e instituciones y para ayudar a las empresas a conocer esta tecnología. El fin es difundir sus ventajas y acercarlas a la sociedad», como dice José Hernández, el presidente de esta particular agrupación que se creó el pasado abril. La organización tiene a día de hoy veinticinco socios y cuatro empresas abonadas a sus servicios. Además, el pasado mes de junio la junta directiva nombró al ahora secretario general del Partido Popular, Teodoro García, socio de honor.

El blockchain es una tecnología inmutable y trazable, esto la convierte en imposible de hackear y modificar porque, antes de grabar una línea de la base de datos, (que puede ser la información de una transacción monetaria) se tiene que consensuar, y una vez que se queda grabado ya no se puede modificar. Las personas que lo consensúan son los llamados mineros, gente repartida a lo largo del mundo y que mediante un ordenador se dedican a grabar esta información en la cadena que forma blockchain, según explica Hernández. Además, afirma que estas características la convierten en «la tecnología más segura del mundo».

Por otra parte, con esta tecnología, «tú decides quién ve tu datos en todo momento», lo que el empresario murciano describe como una novedad.

Pero con esta cyberseguridad nace una de las partes más conocidas y criticadas: las criptomonedas. Una moneda con la que puedes pagar cualquier cosa en cualquier parte del mundo, con comisiones mucho más económicas, pero que fluctúa, como el dinero corriente. «Ha pasado con el bitcoin, un tipo de criptomoneda, que ha llegado a valer veinte mil euros, pero ahora vale siete mil», comenta Hernández. El hecho de que las monedas fluctúen y que no estén reguladas aumenta su desprestigio, pero el empresario añade que «esta tecnología aún tiene que regularse».

Los intereses económicos también influyen en que la moneda esté mal vista, pero José Hernández puntualiza que esto se debe a que «el mundo está ideado para que existan intermediarios y este sistema los elimina». Recalca que «la esencia tendrá que cambiar» y la moneda, así como la tecnología blockchain, tendrán que buscar una regulación para solucionar los problemas de ser una tecnología nueva. que surgen de ser una tecnología tan personalista.