El Plan Especial del Sistema General Aeroportuario del aeropuerto de Corvera ha determinado que el principal factor de riesgo de la nueva infraestructura serán los terremotos, debido a la importante actividad sísmica del territorio en el que se emplaza.

El aeropuerto, ubicado en un espacio que abarca de forma estimada casi cuatrocientas hectáreas de terreno y comprende los términos municipales de Fuente Álamo, Murcia y Torre Pacheco, se encuentra situado a 12,3 kilómetros de distancia de la falla de Carrascoy, una de las fallas de la Región con actividad tectónica reciente muy alta y que otorga un rango de vulnerabilidad media en lo referente al riesgo sísmico.

Así se extrae del Plan Especial del aeropuerto, el cual informa de la ordenación urbanística y territorial del aeropuerto de Corvera, así como del informe de sostenibilidad ambiental, y que ya es de carácter público tras ser compartido por la Consejería de Fomento e Infraestructuras de la Comunidad Autónoma de Murcia. El plazo de exposición pública de dichos documentos permitirá a los interesados presentar las alegaciones, sugerencias y observaciones que consideren oportunas en un margen de dos meses. Esta infraestructura, que tiene prevista su apertura para mediados de enero de 2019, encuentra sus principales riesgos medioambientales en la actividad sísmica del lugar en el que se emplaza.

En lo referente a los factores ambientales restantes, la extensión del aeropuerto no afecta a espacios naturales protegidos, y muestra ausencia de vegetación y flora protegida; por otro lado, el riesgo de incendio es nulo, ya que la carencia de terreno forestal y la amplia distancia que separa el aeropuerto de Corvera de las zonas forestales caracterizan la zona de riesgo nulo; en cuanto a la posibilidad de inundación, el informe declara que queda descartado actualmente, al estar ejecutadas las obras de drenaje de la zona, y al encontrarse las balsas de laminación del entorno del aeropuerto encuadradas en el riesgo potencial de rotura en su categoría más baja; por último, en lo referente al riesgo por actividades industriales, la información publicada reza que «el mayor radio por alerta por accidente derivado del riesgo químico se localiza a unos siete kilómetros de las instalaciones aeroportuarias, más concretamente de la empresa Sabic».

De forma global, los riesgos analizados en el informe se consideran bajos y determinan un posicionamiento acorde y favorable del entorno de la infraestructura. Además, en otro orden de factores, durante el periodo de construcción de las fases I y II del aeropuerto se encontraron nuevos restos arqueológicos correspondientes a dos balsas de agua de origen romano, situadas en el espacio que comprende la cabecera de la actual pista de vuelo y cuyos restos fueron documentados y conservados.

En el Plan Especial del aeropuerto de Corvera, en su vertiente estructural, destacan sobremanera algunos aspectos técnicos relacionados con la terminal de pasajeros. En todo caso, la mayoría de los planes de edificación del complejo están totalmente acondicionadas para posibles reestructuraciones o ampliaciones de espacio.

La terminal abarca un espacio de 38.000 metros cuadrados, manteniendo tres niveles sobre rasante y otro nivel bajo la misma. Las posibles modificaciones no interrumpirían el funcionamiento de la propia terminal. Entre los aspectos más destacados, dicha terminal acoge veinticuatro mostradores de facturación, más uno para equipajes especiales; también se han adecuado seis controles de seguridad, y habilitado nueve puertas de embarque a lo largo del dique, además de tres hipódromos de recogida de equipajes más una cinta para equipajes especiales.

Por otro lado, se han destinado amplias áreas para el aparcamiento de vehículos: hay un parking público rotacional con capacidad para 1.547 turismos y catorce motos; aparcamiento para coches de alquiler con capacidad para 257 plazas; estacionamiento para autobuses con veinticuatro dársenas; zona de aparcamiento destinada a empleados, de 312 plazas; y una parrilla de taxis para setenta y siete vehículos, junto a una zona para camiones con capacidad para doce de estos.

En cuanto a la única pista de vuelo de la que dispone el aeropuerto, esta recorre tres mil metros de longitud por cuarenta y cinco de ancho. La plataforma de estacionamiento para aeronaves, de forma rectangular, agrupa 74000 m2, con diez posiciones principales, nueve destinadas a Boeing 737 y una para aeronaves de clave E, y de forma adicional, cuenta con ocho estacionamientos destinadas a aeronaves tipo A -envergadura de la nave de hasta quince metros-.