­Una de las principales demandas realizadas habitualmente por parte de asociaciones protectoras y centros veterinarios de toda España es la mejora en la difusión de información acerca de los deberes y obligaciones de los propietarios de mascotas.

Cada día es más habitual entre las familias españolas la adopción de perros y gatos como animal de compañía; sin embargo, según un informe publicado por la Fundación Affinity, las falsas expectativas acerca del comportamiento animal en casa, o el déficit de una buena educación por parte de los dueños son dos de las causas por las que se produce el maltrato o abandono de perros y gatos.

El fin de una buena educación de las mascotas se dirige a una buena inclusión de éstas en casa y en la sociedad, con el resto de animales y personas; así, un eficaz modo de educación animal no consiste solamente en enseñar al animal una serie de órdenes para que se siente o se tumbe, sino que va mucho más allá.

Como educadores de mascotas, principalmente en los canes, debemos tener en cuenta factores tales como el tipo de perro, el propietario y el entorno en que se encuentra nuestro animal de compañía. No todos los perros tienen la misma personalidad o carácter, por ello es fundamental comprender que como dueños debemos amoldarnos al animal en cuestión para que su aprendizaje sea lo más fácil y productivo posible.

La buena enseñanza de un animal parte de una actitud serena y firme: los perros y gatos son animales muy sensitivos, razón por la cual el educador debe mostrar equilibrio y tranquilidad. De esta manera los animales fijarán esta conducta como ejemplo para conformar su personalidad.

Si el dueño del can muestra una actitud negativa o agresiva hacia el perro, algo que ocurre de modo inconsciente en la mayoría de las ocasiones, el animal fijará ésta como conducta modelo, adoptándola en su propio comportamiento.

En ocasiones, las necesidades de nuestra mascota pueden chocar con las expectativas o formas de trato de sus dueños, por ello es importante conocer que si no se está o se tienen unas buenas condiciones es mejor no comenzar con el adiestramiento de una mascota doméstica.

Algo que muchas personas desconocen y resulta de gran relevancia es la importancia que tiene el entorno en el desarrollo de nuestra mascota: el mejor ambiente para la buena educación de una mascota es aquél en que este se encuentre calmado y no sienta ningún tipo de presión ambiental.

Habitualmente los propietarios caninos utilizan los popularmente conocidos ´pipicán´ para el desarrollo de la educación social de las mascotas; estos lugares permiten que los perros corran, jueguen y puedan expresarse relajadamente sin correa, en un espacio seguro cercado por una valla en compañía de otros animales de todas las razas, tamaños y edades. Sin embargo, hay que tener en cuenta una serie de indicaciones en el uso de estos espacios ya que la primera toma de contacto de nuestra mascota con otros perros es decisiva para la socialización de éste.

La buena educación de una mascota conlleva un gran trabajo por parte del propietario, quien se verá inmerso en un esfuerzo que hará que su vínculo con el animal sea cada día más fuerte.

Es necesario, además, conocer y respetar la normativa vigente y cumplir con las obligaciones civiles que tenemos como propietarios de un animal. Acciones como mantener atada a nuestra mascota o impedir su paso en áreas infantiles son importantes y estupendas formas de evitar tener problemas con nuestra mascota. Así, si nuestro perro causa accidentes, lesiones o destrozos, la responsabilidad de tal acto recaerá directamente sobre su dueño. El Código Civil recoge las leyes que regulan las obligaciones de los propietarios de animales, únicos responsables de lo que hagan sus mascotas.

Los perros son animales sociales y gregarios, y como tales nos observan y aprenden de nosotros, es por ello debemos conocerlos y educarlos de una manera que va más allá del amor y las caricias.

Animales sociales y gregarios

Animales sociales y gregarios. Los perros son animales sociales y gregarios, y como tales observan a sus dueños y aprenden de ellos. Por ese motivo hay que conocerlos y educarlos de una forma que vaya más allá del amor y las caricias. Es necesario además, conocer y respetar la normativa vigente y cumplir con las obligaciones civiles que tienen los propietarios de un animal. Acciones como mantener atada la mascota o evitar su paso a zonas infantiles pueden evitar más de un problema.