Una balsa de riego de la diputación cartagenera de La Palma ha puesto a prueba las cubiertas flotantes de bolas destinadas a evitar la evaporación del caudal. El sistema de cubrición de balsas permite reducir las pérdidas por evaporación de agua en un 85%, al mismo tiempo que reduce la proliferación de algas, permite la reducción de olores y pretende contribuir a la mejora del medio ambiente, promoviendo el ahorro de agua y energía. Además, se logra mantener la calidad de ésta durante su conservación.

Este sistema se utiliza de forma experimental en la finca Tomás Ferro en La Palma (Cartagena), que visitó ayer el consejero de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, Miguel Ángel del Amor.

Del Amor afirmó que esta iniciativa «se enmarca dentro de la apuesta del Gobierno regional por la I+D+i» y destacó que «en la Región existen más de 12.000 balsas de riego que pueden perder por evaporación cerca de 60 hectómetros cúbicos al año. Con sistemas adecuados de cubrición, como éste, se puede conseguir una reducción importante de la evaporación». Además, los módulos que evitan la evaporación se realizan a base de materiales reciclables, reutilizables y con una larga vida.

El consejero también destacó que «este sistema constituye la primera generación de módulos flotantes, desarrollada por varias empresas de la Región, diseñadas para el entorno agrícola». Actualmente, la maquinaria se está adaptando para poder fabricar los módulos, que de momento se han realizado de forma manual, y se estima que después de verano esté terminada esta fase, para poder empezar las pruebas en embalses ante de finales de año. Otra necesidad que cubre este proyecto es la de limitar la proliferación de algas en cualquier tipo de embalse, para reducir los costes de mantenimiento en filtración y el impacto medioambiental que supone el uso de productos químicos para su erradicación. Además, se trabaja para evitar la infección de aguas con bacterias provenientes de animales en descomposición que caigan a la balsa.