Según Greenpeace, veintiséis municipios de la Región carecen de un plan de prevención contra incendios. ¿Por qué cree que se da esta situación?

Esas políticas forestales dependen de los municipios, municipios que son pequeños y con ayuntamientos que no tienen presupuestos dedicados a ese tipo de medidas. Lo que ocurre es que se echa en falta, a nivel regional, una política que sea coordinada por la administración regional. La Región no es grande y debería darse apoyo a los municipios que carezcan de medios. No tenemos que olvidar que es la administración autonómica la que tiene competencias en medio ambiente, más allá de la tutoría de los montes y espacios protegidos. Además, aunque existiera un plan, hay que tener en cuenta que quizá no se llevaría de la manera correcta.

¿Por qué se da lugar a una planificación tan deficiente?

Yo creo que en estos municipios son conscientes del peligro, pero lo que ocurre con las políticas medioambientales es que no son conscientes hasta que no llega el problema. Hasta que no se produce el incendio no se hacen anuncios sobre medidas de prevención, y además, estos procedimientos de prevención y extinción deben estar coordinados, algo que no sucede.

¿Por qué se construyen viviendas en medio del monte? ¿La gente no es consciente de su exposición al riesgo de incendio?

Es un error de planificación. En los últimos años la Comunidad Autónoma y sus correspondientes Consejerías han aprobado planes urbanísticos en zonas forestales, por lo que el primer error es de la propia Administración. Son zonas en las que se multiplica el riesgo en caso de incendio, no disponen de plan de prevención y no cumplen con la normativa de distancia hasta el monte (anillo de tres metros).

¿Y la gente que compra una vivienda en este tipo de urbanizaciones, es informada de estos riesgos?

Es una de las primeras informaciones que debería pedir la gente. Jamás se ha vivido de esa forma, porque sí existían casas en medios rurales, pero no en medio de una zona forestal. Alrededor de ellas se despejaba el terreno, para el ganado o con huerta, y no había masa forestal. Ahora son casas o chalés que buscan tener los árboles lo más cerca posible, y que tienen un riesgo altísimo. Además, se restan una gran cantidad de medios para la extinción de espacios naturales, ya que lo primero es ayudar a las personas. Pero la gente debería estar informada y saber dónde se está metiendo.

¿Cómo valora que en España, en un incendio, sea prioritario salvar un inmueble antes que cientos de hectáreas del medio ambiente?

Es lógico que se centren los esfuerzos en zonas habitadas o con carreteras. Pero al generarse nuevas zonas habitadas en medios forestales, se crean nuevos focos de peligro que nos van a restar medios en caso de incendio. Los medios son limitados, por lo que mientras se trabaja por sofocar un incendio en una zona habitada, quizá el frente se desplace hacia un espacio protegido, hasta que llegan los medios de refuerzo.

La Región de Murcia dobla su inversión en extinción de incendios sobre la propia prevención en los últimos doce años. ¿Considera acertada esa decisión?

Los medios de extinción tienen que existir y son costosos, pero esa política de prevención debe aplicarse durante todo el año. Los montes no solo ´se apagan´ durante el invierno, sino durante todo el año, y se consigue con una política de prevención que se base en trabajos y mantenimiento de montes públicos de toda la Región, y que regule los distintos usos del monte.