La población mayor en España se duplicará en el año 2050, representando el 30% de la población total y llegando a casi 13 millones de personas en una franja de edad superior a los 65 años. Este dato no es ningún secreto. Lo que sí es un misterio todavía es saber cómo la sociedad va a afrontar este reto y cómo va a garantizar las necesidades y expectativas de una población cada vez más mayor y más exigente. Con el objetivo de poder adecuar las estrategias y las decisiones que son y serán necesarias para garantizar los servicios y una buena calidad de vida es fundamental conocer cómo serán los mayores del mañana, que, a buen seguro, van a ser muy diferentes a los mayores de hace dos décadas.

Para conocer estos perfiles, la Fundación Pilares para la autonomía personal cuenta con una investigación titulada «Los mayores que vienen. Autonomía, solidaridad y participación social», en la que se anticipa las características de quienes compondrán la población mayor española en los próximos años. En ella, los autores del estudio realizaron una encuesta representativa del grupo de población con edades entre los 50 y los 69 años en España, un colectivo que está formado por más de diez millones de personas situadas en la franja de edad que comprende los últimos años de vida laboral y los primeros después de la jubilación o del abandono de la actividad. El objetivo es «anticiparse al futuro para afrontar de la mejor manera la incertidumbre que este envejecimiento de la población presenta».

Al respecto, la investigación revela aspectos muy relevantes como, por ejemplo, la relación que los futuros mayores tienen hoy día con su entorno y las que mantendrán en el futuro. En este sentido, tres de los indicadores señalan tendencias de cambio claves en la caracterización de la futura población mayor como, por ejemplo, «un más alto y llamativo nivel de estudios, utilización creciente de las TIC e ingresos más elevados», a lo que se suma «unas expectativas y exigencias de autonomía, calidad de vida y participación más elevadas».

La incorporación de la mujer al trabajo es otra nota diferenciadora de las personas que conformarán la población mayor, algo que devendrá, según el estudio, «en un interés más alto por participar en actividades de participación social y voluntariado».