Los vascos Aitor Pérez de San Román y Félix de Ugarte Balza, profesores del colegio Urkide Dramaguela, presentarán hoy en el auditorio Víctor Villegas de Murcia ´La receta mágica de la innovación. Creatividad´, donde hablarán, entre otras cosas, sobre la «receta de la innovación» que ya han puesto en marcha en el País Vasco. La conferencia de estos dos profesionales empezará a las diez y cuarto y concluirá a las once. Después participará en ese IV Congreso Educativo ´Educación: un cambio necesario´, Silvia Leal Martín, experta internacional en liderazgo y transformación digital, que hablará sobre la apuesta digital en los centros educativos.

¿Qué vienen a presentar en Murcia?

A Murcia vamos a llevar la receta de la innovación que ya hemos presentado en el País Vasco. La receta de la innovación está formada por una serie de ingredientes. Estos son: conocerse en la organización, saber de qué hablamos, aplicar recursos y saber qué se está cocinando por ahí. Todo eso tiene que ir integrado dentro de un proyecto escolar.

¿En qué consiste el proyecto escolar que usted junto a la cooperativa de enseñanza que dirige llevan a cabo en el Colegio Urkide Dramaguela?

Es un centro de innovación compuesto por tres personas, hay una serie de clases y se dedican a ver qué pasa en el mundo y cómo mejorar el proyecto educativo socializándolo por internet. El centro de innovación aporta novedades al centro educativo y el alumno en cuanto ve que lo que aportamos viene dado de una manera diferente, más innovadora, lo acepta. Por ejemplo, el proyecto RECREA: comprimimos todo el horario y sacamos 10 minutos libres de cada clase. Al final del día juntamos todo ese tiempo y así conseguimos un momento en el que todos están libres y hacemos técnicas.

¿Qué tipo de técnicas realizan?

Llevamos a cabo técnicas en las que se aportan ideas. Las más locas son las que más valor tienen. Además, si alguien aporta una idea en el grupo, esa idea ya no es suya sino del grupo. El fin es que las personas se sientan cómodas. A veces pasa que personas que en otras asignaturas no van bien, se empoderan. El resto se da cuenta que se empodera y dejan de contar. Y una vez que se da el caldo de cultivo se va mejorando la idea. Al final, se trata de crear un caldo de cultivo donde la idea es de todos y todos cuentan.

¿Alguna autocrítica que puedan hacerse?

Tenemos muchas cosas que mejorar. A veces no nos funciona todo, innovar a veces implica que no va a funcionar, a pesar de evaluar la idea. Hay que aprender del error, no nos tiene que dar miedo y a veces fastidia un poco. También, nos gustaría tener mejores instalaciones y, en general, tenemos pocos espacios disponibles. Nuestro colegio en Vitoria es muy bonito pero viejo, lo vamos renovando pero nos falta espacio.

¿Qué ventajas ofrece la educación concertada frente a la pública o privada?

Con todo el respeto frete al resto del mundo, la principal ventaja de la educación concertada es tener un proyecto propio, que el profesorado tenga una estabilidad. Tenemos que gestionarnos frente a las normas generales de educación pero tenemos una gestión más libre frente a, por ejemplo, la educación pública. Esta libertad, bien gestionada, es buena para el proyecto.

¿Qué echa en falta en la educación concertada?

Echamos en falta la diversidad cultural. El reparto de la cuota del alumnado que no domina la lengua materna, como es el español o el euskera. Lo reconocemos, y es algo que la pública tiene y nosotros no.