El agobio, el cansancio y las preocupaciones del día a día son los factores que muchas veces explican la ausencia o poca frecuencia de relaciones sexuales en muchas parejas, especialmente en las que llevan muchos años juntas. Pero subordinar el sexo a la reproducción y practicarlo sólo con el objetivo de tener un hijo lo convierte en una obligación más, y esto puede generar directamente (alertan los expertos) una situación de ansiedad e incluso provocar disfunciones sexuales, tanto en la mujer como en el hombre.

«En la mujer, la búsqueda de un embarazo saca con frecuencia a la luz disfunciones sexuales que han estado durante años sin recibir tratamiento», detalla Jesús Eugenio Rodríguez, director del Instituto Sexológico de Murcia (ISM).

Es el caso, por ejemplo, del vaginismo, «donde las parejas se acostumbran a mantener relaciones sexuales sin penetración por experiencias repetidas de fracaso al intentar la penetración desde el inicio de su relación», señala.

Rodríguez hace hincapié en que «en estos casos, la motivación para tratar dicha condición viene dada por el deseo de quedar embarazadas», a lo que añade que «esta condición es de difícil manejo si, además, se asocia a un bajo deseo sexual». Apunta que es «tratable en siete u ocho semanas si existe una libido sexual dentro de la normalidad».

El responsable del ISM recalca que «mujeres y hombres que buscan un embarazo pueden verse afectados, además, por falta de deseo sexual, que suele tener como origen una excesiva planificación de las relaciones sexuales centradas en un objetivo que acaba convirtiendo la sexualidad en una tarea más».

En este sentido, precisa que «la búsqueda de un embarazo es una situación en muchos casos estresante que no solo afecta a la salud mental, sino también a la salud sexual de la pareja».

El Instituto Sexológico Murciano ha lanzado la guía Cuando el embarazo no llega, dirigida a parejas que buscan tener descendencia y no lo consiguen o que están sometiéndose a tratamietnos de fertilidad, «razón por la que muchos hombres y mujeres acaban padeciendo disfunciones sexuales, principalmente problemas de erección y bajo deseo sexual», considera el ISM.

El centro calcula que «una de cada cinco parejas tienes problemas de fertilidad, principalmente en el sexo femenino».

A este respecto, especifica que «la edad de gestación y alteraciones como la endometriosis están detrás de estas cifras, mientras que en el hombre la cantidad y calidad del esperma es la principal causa de infertilidad». No es solamente el estrés, aunque ayude.

«Estos datos, que han ido aumentando en los últimos años, coinciden con un incremento de de las consultas por problemas de erección y eyaculación retardada de tipo psicógeno asociados a la búsqueda de un embarazo y a cuadros de bajo deseo sexual y dolor coital en el caso de mujeres que buscan ser madres», manifiestan desde el centro.