El canal del Trasvase Tajo-Segura sirve de vehículo para que los agricultores afectados por la avería de la planta desaladora de Águilas puedan recibir desde ayer por la tarde el agua que necesitan para sus cultivos hasta que se arreglen las instalaciones. Serán un máximo de 1,4 hectómetros cúbicos, que servirán para abastecer a los regantes de Lorca, Águilas, Puerto Lumbreras, Totana y Pulpí (Almería).

Entre 30.000 y 40.000 hectáreas de melón, sandía, parrales y árboles frutales podían perderse de no recibir agua en pocos días.

El acuerdo se alcanzó ayer en la sede de la Delegación del Gobierno, donde acudieron los representantes de los agricultores, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), Miguel Ángel Ródenas, y el delegado, Diego Conesa.

«Ha sido un buen trabajo de coordinación entre los representantes de las cinco comunidades de regantes y los responsables de la CHS», dijo Conesa, añadiendo que «carencias en la planificación para el almacenamiento de agua de la desaladora impedían que los agricultores pudieran aguantar los 10/15 días que puede tardar en arreglarse la planta».

El delegado se refería a la escasa capacidad de regulación de la presa del Cerro del Colorado, que recoge el agua de la desaladora.

Miguel Ángel Ródenas, por su parte, explicó que los agricultores recibirán agua de otras plantas propiedad de Acuamed (Valdelentisco y Torrevieja), recursos «que se restituirán a la red cuando se arreglen las instalaciones de Águilas, para que nadie pierda su concesión».

El vicepresidente de la comunidad de regantes de Lorca, Antonio Ibarra, en representación de los afectados, se mostró «muy agradecido» por la rápida reacción de las Administraciones, «que ha posibilitado la solución de un problema que podría haber sido gravísimo».

Y recordó la reivindicación de hace años de los productores de que se amplie la capacidad de almacenamiento del pantano del Cerro, para poder regular mejor el agua de la desaladora.

En la reunión que tuvo lugar ayer por la mañana en el Ayuntamiento de Lorca, entre los agricultores, el alcalde, Fulgencio Gil, y el consejero de Agua, Miguel Ángel del Amor, éste advirtió que el gobierno central debía ser «más ágil y rápido» al superar los trámites burocráticos para salvar el momento. «Ya hay agricultores que están levantando actas por posibles daños», dijo y añadió que «hay particulares que han ofrecido sus tuberías para que pase el agua procedente de otros lugares pero necesitan la cesión de uso por parte de la Confederación».

Gil, por su parte, advirtió de que «cada litro de agua que se pierde supone paro, caída de la economía y un retroceso de las exportaciones».