El protagonismo de las residencias ha crecido de forma notable en los últimos años. Se trata de una parte muy importante en la atención a los mayores, sobre todo en aquellos que presentan un alto grado de dependencia y que, debido a diversas circunstancias, necesitan acudir a estos centros para recibir los cuidados pertinentes. En todos ellos, independientemente de que pertenezcan al sector público o privado, se ofrece una atención integral y una vivienda permanente a personas que, como consecuencia de su situación familiar, no tienen la posibilidad de ser atendidos en sus propios domicilios y precisan de estos servicios.

El paso del tiempo ha traído consigo un aumento considerable del número de residencias, así como del número de plazas que ofertan. Esta tendencia encuentra su explicación, por ejemplo, en la creciente proporción de un grupo de edad -el de los mayores de 80 años- donde son más frecuentes las enfermedades que producen incapacidad y, por lo tanto, esa dependencia que puede llevar a estas personas a buscar en este tipo de centros la atención que no encuentran en su entorno familiar.

De los cuidados que se prestan en las residencias se encarga un grupo cada vez más amplio de profesionales, que, a diferencia de épocas anteriores, no reducen su labor a la custodia del usuario sino que ésta se basa tanto en la atención de las necesidades básicas, alojamiento y hostelería del residente como en la promoción de su propia autonomía y desarrollo personal.

Gracias a su carácter heterogéneo, estos centros otorgan la seguridad física que necesitan las personas mayores y, al mismo tiempo, les proporcionan la máxima accesibilidad a los diferentes entornos. De hecho, muchas de estas residencias están dotadas de diferentes profesionales que desempeñan su trabajo en áreas como la medicina, enfermería, fisioterapia y terapia ocupacional, psicología y asistencia social, y que reman en la misma dirección para proporcionar estos cuidados complementarios junto al personal auxiliar que atiende al residente de forma directa.

Otro de los elementos comunes que presenta este tipo de alternativas residenciales -que son tan necesarias a la hora de asegurar los cuidados del mayor- es la decoración del entorno, que suele ser alegre y relajado para posibilitar que éste disfrute de una convivencia agradable y placentera y se encuentre en todo momento acompañado y arropado por personas que se ocupan de ellos.