La asociación Prometeo, a la que pertenezco desde su fundación en 1997, colocará en las obras de ampliación de su centro de día una capsula del tiempo. En ella se guardaran, desde los periódicos del día, hasta fotografías, mensajes, y muchos deseos para el futuro. Esos objetos y documentos serán enviados en un viaje en el tiempo que concluirá con la apertura de la caja en 70 años.

Ya en el Antiguo Egipto hacían algo parecido al sepultar a sus faraones con sus tesoros en las pirámides, convertidas hoy en las primeras capsulas del tiempo de la historia. En las Ferias Mundiales de Nueva York de 1939 y de 1965, la multinacional Westinghouse instaló una de estas capsulas para abrir, ni más ni menos, que en 5.000 años (en el año 6939). Ayuntamientos como el de Torre Pacheco también tienen una y Prometeo no ha querido ser menos y tendrá la suya. Todo esto que os cuento, me ha llevado a la siguiente reflexión.

Me pregunto, ¿cómo será nuestro mundo cuando se abra en 70 años?, ¿qué personas la abrirán? En el caso de Prometeo, pienso en los futuros usuarios y usuarias que disfrutarán del nuevo edificio.

Al ver esos periódicos y las fotos de las personas que formaron parte de Prometeo y de Torre Pacheco, leerán noticias sobre las luchas de las asociaciones por la plena inclusión laboral y social de las personas con discapacidad. Leerán de casos de discriminación que posiblemente ellos -y yo así lo deseo- ya no conozcan. Quizás, hasta es posible que el Día Internacional de las Personas con Discapacidad haya pasado a la historia. Todo ello significaría que nuestra lucha no habrá sido en vano. Significaría que será un futuro donde ya no existan etiquetas como discapacidad.

Pero como dije al principio, esto es un deseo. Todavía hoy, aunque cada vez menos, se siguen dando casos de discriminación y debemos seguir luchando tanto a nivel personal como desde nuestras asociaciones, gobiernos e instituciones para desterrarlos.

Nos queda mucho camino por recorrer para que las futuras de personas con discapacidad ya no tengan que denunciar ningún caso de discriminación. Para que vivan en un mundo sin etiquetas y en plena inclusión. Un mundo donde simplemente seamos personas. Diferentes unas de otras, claro, pero, ante todo, iguales. Ese será un mundo mejor para todos.