Fuensanta Cerezo, psicóloga y profesora titular de Psicología de la Educación en la Universidad de Murcia, sostiene que, hoy en día, violar se ha convertido en un «rito de iniciación» para muchos jóvenes que «tienen que demostrar que se han hecho mayores». Para muchos «es la primera vez que tienen relaciones sexuales», y lo hacen forzando a una mujer para obtener el beneplácito del grupo masculino al que ansían pertenecer, señala la experta.

Cerezo lamenta que los adolescentes tengan «al alcance de la mano» lo que califica de «factores de riesgo muy fuertes, como son el alcohol y las drogas». La psicóloga hace hincapié en que los jóvenes han de saber «que es un delito» forzar a una mujer, «que no es un juego», subraya.

De los miembros de La Manada, recuerda que «no se han ido de rositas, han estado en la cárcel dos años y ahora están controlados». Cerezo apuesta por, además de decretar prisión para los agresores sexuales, «buscar después una forma de reinserción».

«Los adolescentes necesitan estar en grupo y en todas estas acciones lo que hacen es medir sus fuerzas», resalta la psicóloga.

En su opinión, «si a estos chavales los cogemos de uno en uno antes de que esto ocurra, de ninguna manera llegarían a este punto. Pero es que el grupo diluye la responsabilidad».

Fuensanta Cerezo pone el acento en que «la adolescencia es una etapa muy complicada», así como en que «el riesgo atrae». En grupo, subraya, «se pierde la noción del riesgo» en muchas ocasiones. El rito de la violación sería similar a «hacerse marcas en la piel» a modo de símbolo de pertenencia a una banda.