«18 años en España y nunca me ha pasado algo similar, no me puedo creer lo que acaba de pasar en pleno siglo XXI y en España». De esa forma calificaba un alumno de 2º de Bachiller su noche de graduación después de que, según él, tres chicos más y él no pudieran pasar a disfrutar de su fiesta de graduación «por ser marroquíes».

Como de costumbre, y como cualquier alumno que se acaba de graduar, los jóvenes del instituto Pueblos de la Villa de Fuente Álamo celebraban el pasado viernes el solemne acto de graduación y posteriormente, por la noche, se disponían a pasar unas horas de fiesta con los demás compañeros y algunos profesores en una fiesta privada en la discoteca Trips de La Manga.

Todo parecía ir bien para ellos, tras llegar al parking, todos se disponían a hacer cola para entrar a la sala, cuando de repente, a cuatro de ellos no los dejaron pasar. Según ellos, «por ser musulmanes».

«Con nuestras entradas y DNI en la mano el portero de la discoteca solo nos miró a la cara y no los DNI y nos dijo que lo sentía, que no nos dejaba entrar». Uno de los afectados por el problema denuncia que en ningún momento mostraron malas formas, ni malas vestimentas. Incluso indicó que el trabajador de la discoteca no dudó en decirles que si los chicos marroquíes les daban la entrada, le devolvían el dinero.

Como se puede apreciar en el siguiente audio, tras varios minutos intentando hablar y saber por qué el portero no dejaba entrar a los cuatro chicos (tres mayores de edad y uno menor), éste indicó que se acogía al derecho de admisión que aparecía en las entradas, ya que su compra no garantizaba el poder entrar dentro del recinto.

Aún así, ellos intentar convencer al personal de seguridad, sin éxito. Los jóvenes tuvieron que aceptar que les devolviesen el dinero y no entrar en la discoteca. «Lo que buscaban a toda costa era que no estuviésemos ahí», relata uno de ellos.

Tras intentarlo, los chicos acudieron a un cuartel cercano de Guardia Civil, pero no pudieron poner la denuncia precisamente porque en las entradas dejaban bien claro que el personal de seguridad y trabajadores de la discoteca se podían acoger a ese derecho.

«Con un estado de ánimo por los suelos y una situación de impotencia total porque tienen los derechos de admisión reservados solo puedo decir que esta discoteca hizo de un gran día un día horrible de por vida», indicaba uno de los jóvenes marroquíes en redes sociales denunciando la situación que había vivido horas antes, quien también sugirió que los comentarios que sus familiares, amigos y compañeros de clase estaban dejando en los perfiles de redes sociales de esta discoteca «estaban siendo borrados para no manchar su imagen».

Desde la discoteca aseguran que "si no pasaron, es porque estarían alterando el orden público en la cola"