La alicantina Nuria Oliver, directora de Investigación de Ciencias de Datos de Vodafone, alertaba ayer de que no solo se ha reducido la presencia de la mujer en las carreras tecnológicas, sino que, además, se está produciendo una fuga en las empresas en las que trabajan, ante la presión a la que se ven sometidas en un ambiente masculino marcado por «una cultura misógina».

Nuria Oliver, que estudió en Madrid Ingeniería de Telecomunicaciones y muy pronto se marchó a Estados Unidos con una beca de La Caixa, donde ha permanecido catorce años, intervino en el congreso Región de Murcia Digital Week, que se celebra desde ayer en el AuditorioVíctor Villegas, organizado por la Consejería de Hacienda. La directiva de Vodafone abrió las sesiones del encuentro con una ponencia titulada «¿Dónde están las mujeres en la tecnología?», en la que defendió la presencia femenina en el mundo tecnológico.

Recordó que en la década de los años 80 del siglo pasado las mujeres llegaron a alcanzar una representación del 40% en las carreras tecnológicas, que con el paso del tiempo ha ido reduciéndose hasta el 10%. Añadió que lo peor es el retroceso que se produce en las plantillas, dado que «el 56% de las profesiones que trabajan en puestos técnicos de las empresas tecnológicas acabaron por orientarse hacia otros campos. Algo pasa cuando se van», advirtió.

Entre los factores que provocan esta fuga destacó «la pérdida de motivación que origina esta falta de diversidad» en un medio laboral marcado por «una cultura misógina y sexista», en la que predominan personajes con poca capacidad para interactuar con sus compañeras. Como ejemplo, aludió al famoso personaje de la serie norteamericana The Big Bang Theory, Sheldon Cooper, un científico superdotado tan brillante en su trabajo como carente de habilidades sociales para relacionarse.

«A mí me ha beneficiado mi apellido: al oír Oliver pensaban que era un nombre de chico», confesó.

La conclusión de Nuria Oliver es que las diferencias en el comportamiento empiezan a producirse en la infancia, cuando los niños descubren las consolas de videojuegos, que para muchos estudiantes constituyen la puerta de entrada a la Informática, mientras que las chicas prefieren dedicarse a otro tipo de actividades.

A su vez, «la falta de visibilidad» que tiene el trabajo de las mujeres «hace difícil que sirvan de ejemplo a otras niñas».

También influye el reconocimiento social, que ha permitido a los varones llevarse 599 premios Nobel en materias científicas, mientras que las mujeres solo han recibido 17, y la brecha salarial. «Por cada dólar que gana un hombre, las mujeres reciben 86 céntimos» apuntó.

La directiva de Vodafone admitió igualmente que «una mayor diversidad» en el mundo tecnológico también habría generado una orientación diferente de los avances y de las aplicaciones científicas desarrolladas en las empresas. «No se sabe cuál es la respuesta, pero lo que sí se sabe es que las innovaciones tecnológicas serían diferentes y, seguramente, serían más inclusivas, tendrían en cuenta otro tipo de factores. Por ejemplo, los primeros emoticonos eran de chicos. No había manos de chicas ni de personas de otros grupos raciales, porque quienes los habían hecho los diseñaron a su imagen y semejanza».