Maite España trabaja a diario en el Centro de Día, donde convive con las 11 pacientes que en la actualidad son usuarias de este servicio de la asociación y, en menor medida, en el servicio ambulatorio de Adaner.

¿Cómo es el trabajo que desarrollan los profesionales de Adaner con los pacientes?

Tenemos una estructura diaria marcada, con terapias individuales y grupales para nuestros pacientes y tratamiento personalizado para cada usuario. Cuando un paciente llega a Adaner, se le evalúa, generalmente en el ambulatorio, a través de tres vías: en primer lugar, por un psiquiatra, que hace la primera evaluación y un diagnóstico; luego por el psicólogo o psicóloga que se encargue del caso; y finalmente, por el nutricionista. Así, para cada paciente, nos reunimos los tres con el fin de diseñar cuál sería la indicación terapéutica ideal: mantenerse en ambulatorio, pasar a Centro de Día o realizar ingreso hospitalario. A partir de ahí, nos coordinamos para trabajar, primero, en el área nutricional y, poco a poco, vamos adentrándonos en 'lo que hay debajo'. En los trastornos alimentarios, lo alimentario es la punta del iceberg pero debajo hay mucho más, siempre hay un trasfondo que influye en el paciente.

Anorexia, bulimia... ¿Qué trastornos alimentarios tienen mayor incidencia?

En la actualidad, vemos que están ingresando en nuestro Centro de Día más pacientes con anorexia de tipo purgativo o por bulimia, que son patologías 'impulsivas'. Los pacientes que sufren una anorexia purgativa suelen ser muy restrictivos y lo combinan con episodios de semi-atracones tras los que se provocan vómitos o ejercicio compulsivo, aunque en este trastorno esto se puede dar sin una ingesta excesiva de comida previa. Las anorexias restrictivas se ven en menor porcentaje.

¿Observan un elevado porcentaje de abandonos del tratamiento?

Los porcentajes de abandonos se están manteniendo estables en los últimos años. Siempre hay un porcentaje de pacientes que abandona, pero estos datos no son alarmantes, al contrario, los porcentajes de recuperación son buenos. Lo importante es que los pacientes se van recuperando, pero es una enfermedad lenta. Por lo general, en Adaner estamos dando las altas tras tratamientos de cuatro o cinco años. Nuestra experiencia en Adaner es que se puede salir, aunque requiere muchos recursos y tiempo. Sin duda, ver que nuestros pacientes mejorar y siguen adelante con sus vidas, y que nuestro trabajo tiene sentido, es muy gratificante.

¿Cuál es el detonante para que los enfermos de este tipo de trastornos tomen la decisión de pedir ayuda?

A la hora de 'abrir los ojos' encontramos diferencias según el tipo de trastorno: los pacientes de tipo impulsivo , como los de bulimia o anorexia purgativa, suelen pedir ayuda por ellos mismos porque les resulta complicado de manejar y les genera mucho malestar. En los de tipo restrictivo, suele ser la familia o el entorno los que se dan cuenta del problema, suelen ser pacientes más reticentes a pedir ayuda y con los que el inicio del tratamiento es más complicado. Cuando el trabajo o los estudios se ven afectados, o sus relaciones personales, es cuando suelen pedir ayuda.