El aprovechamiento de la energía solar, que durante los últimos años se ha visto ensombrecido por el llamado impuesto al sol, no ha logrado impedir el resurgimiento de la generación fotovoltaica en la Región.

El presidente de la Asociación de Empresarios de Energías Renovables (Aremur), José Marín, asegura que se está produciendo una recuperación en el sector, que ha permitido alcanzar el centenar de empresas. A su juicio, Murcia asiste a «un renacer» de las instalaciones fotovoltaicas a raíz de las ayudas de la Comunidad Autónoma destinadas al autoconsumo».

La Región aspiraba a convertirse en una gran potencia solar de Europa, gracias a las posibilidades que ofrece el clima para la generación de energía fotovoltaica a lo largo de todo el año, pero la rebaja de las tarifas aplicadas por los gobiernos del PSOE y del PP sobre las retribuciones a los productores y la penalización al autoconsumo eléctrico impidieron el despegue durante años.

La Comunidad Autónoma trató de sortear el impuesto al sol con la aprobación de una ley regional que permitía a los hogares y a las empresas generar la electricidad destinada a su propio consumo sin tener que pagar un peaje a las compañías eléctricas por verter a la red la energía que no utilizan, pero el texto aprobado en la Asamblea Regional fue recurrido por el Ministerio de Industria ante el Tribunal Constitucional, que acabó por anularlo, al entender que Murcia invadía competencias estatales. El intento se vio frustrado cuando estaba a punto de acabar la redacción del reglamento de la normativa murciana.

Pese al varapalo del Constitucional, la patronal de las energías renovables, que está integrada en la FREMM, detecta una recuperación de la actividad y un aumento de las empresas del sector, que su presidente atribuye a las ayudas al autoconsumo cofinanciadas por la Comunidad Autónoma y el Feder. José Marín explicó que, como las penalizaciones a la generación eléctrica para consumo propio no se aplican a las explotaciones con menos de 10 kilovatios, se está produciendo una recuperación de la demanda.

El presidente de Aremur destacó que también las pequeñas industrias e incluso el regadío están recurriendo a la energía solar para garantizarse el suministro de agua caliente y de electricidad. «Las empresas hacen cuentas y ven que les sale rentable», explicaba. Sin embargo, apuntó que la implantación de la energía renovable «está más retrasada en el sector residencial».

Según los datos de la Comunidad Autónoma, la dirección general de Energía y Actividad Industrial y Minera concedió el pasado año casi 200 subvenciones. De ellas, se destinaron 139 a eficiencia energética (47 para auditorías energéticas, 82 a renovación de equipos e instalaciones y 10 para mejora de la eficiencia energética de los procesos productivos). Las 60 restantes tenían como finalidad el fomento de la generación y el autoconsumo mediante energías renovables.

Por sectores económicos, el 55,8% de las ayudas correspondió a la industria y el 44,2%, al sector terciario.

El importe total en subvenciones concedidas ascendió a 3.786.408,82 euros. De esta cantidad, casi dos millones fueron distribuidos entre explotaciones de autoconsumo de energías renovables. Estas ayudas son aportadas en un 80% por el Feder, mientras que la Comunidad Autónoma pone el 20% restante.

El plazo de presentación de solicitudes para la actual convocatoria terminó el pasado 16 de mayo, aunque habrá otras en 2019 y 2020.

El presidente de Aremur destacó especialmente el tirón que se está produciendo en el regadío, dado que además de abaratar el consumo de la energía que consumen las bombas de riego, permite disponer de suministro en zonas aisladas a las que no llega el tendido eléctrico. «Aunque llegue la electricidad, les sale muy rentable», indicó.

José Marín recordó que, pese a las posibilidades que ofrece la Región para la instalación de explotaciones fotovoltaicas, debido al elevado número de días de sol que tiene garantizado, en el año 2009 se produjo «un parón» que dejó varadas a la mayor parte de las empresas del sector. «Muchas se marcharon fuera. La mayoría de las compañías que no cerraron entre 2009 y 2011 tuvieron que marcharse a trabajar a otros países. Yo mismo he instalado plantas en Reino Unido. El saber hacer que se desarrolló aquí nos ha permitido salir al extranjero, porque se aprecia nuestro trabajo», apuntó.

Recordó igualmente que también la implantación de los coches eléctricos está generando una actividad que necesita contar con «personal capacitado para la instalación y el mantenimiento».

El presidente de la patronal de energías renovables no entiende que España haya tenido que ver cómo se le adelantaban los demás países europeos en el aprovechamiento de la energía solar, a pesar de haber sido «pionera, junto con Alemania. Ahora España está a la cola, a pesar de que la energía fotovoltaica es la más barata, ni la nuclear ni el carbón son tan rentables».

Por su parte, el presidente de la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier), Miguel Ángel Martínez-Aroca, se lamenta de que la normativa impuesta por el Gobierno impide que los beneficios de la energía solar puedan llegar a las familias y a las pequeñas empresas productoras, dado que las grandes compañías se han llevado los contratos de generación subastados por el Ministerio de Industria. «Yo no veo recuperación. Hay proyectos, pero no tienen nada que ver con la situación del año 2008», indicó.

Martínez Aroca recordó que en la Región solo hay un proyecto de carácter «social», que va a construirse en Yecla. Se trata de una planta participada por 70 familias del municipio, que constituye, a su juicio, un ejemplo de la capacidad de «distribución de la riqueza» de las energías limpias. Sin embargo, con los contratos en manos de las grandes compañías, «el enriquecimiento no es autóctono, es foráneo».

El murciano Miguel Ángel Martínez-Aroca se muestra menos optimista que los empresarios de las renovables ante el futuro del sector, aunque da por hecho que los grandes cambios llegarán como resultado de las reformas aprobadas en Bruselas. Martínez-Aroca se lamenta de que todas las subastas para la generación de energías limpias convocadas por el Ministerio de Industria han sido adjudicadas a grandes compañías, mientras que han quedado totalmente excluidas las familias y las empresas que tienen las pequeñas explotaciones fotovoltaicas. Entre las beneficiarias citó a la empresa del grupo ACS Cobra, Gas Natural y Endesa. A su juicio, puede haber un mayor movimiento en el sector de las energía fotovoltaica, pero Martínez-Aroca lo atribuye a las gestiones de «las grandes compañías que buscan emplazamiento».