La sequía reduce en 30.000 hectáreas la zona de regadíos

Ródenas explicó que la sequía también había afectado negativamente a las existencias de recursos de la cuenca, y que durante el año 2017 los recursos propios del Segura habían bajado en un 17 por ciento.

Añadió que el déficit se había incrementado en 100 hm3 sobre la falta estructural de agua de la cuenca (fijada en 400 hm3).

«La falta de lluvias, con carácter global, ha provocado un déficit de 250 hm3 en la cuenca», dijo, y añadió que esta cantidad se había podido reducir por las «medidas adicionales» puestas en marcha, como pozos de sequía y desalación (108 hm3) y aguas privadas (50 hm3).

Ródenas también comentó que el uso del agua desalada se ha mantenido estable, mientras que la de las estaciones depuradoras de agua residuales, para su reutilización, había descendido «un poco, al bajar el consumo de agua».

Por lo que respecta a los trasvases del Tajo y del Negratín-Almanzora, la cuenca ha recibido casi la mitad de agua (un 46% menos). «Pero se ha producido un cambio importante en la tendencia» y de la previsión catastrófica realizada en el mes de febrero, gracias a las lluvias se ha pasado a recibir durante dos meses 38 hm3 de agua procedente del Trasvase del Tajo.

Por lo que respecta al abastecimiento de las poblaciones, el presidente de la Mancomunidad de Canales del Taibilla (MCT), Adolfo Gallardo, explicó que el consumo se ha mantenido estable y que se está ante «un escenario de cierta estabilidad», debido a los envíos de agua desde la cabecera del Tajo.

Tras rechazar, una vez más, la posibilidad de restricciones, Gallardo indicó que la demanda de agua desde los ayuntamientos no había variado respecto al año pasado. Y destacó que poco se les podía pedir más en cuanto al ahorro de agua, por el «esfuerzo importante que han hecho» para reducir las pérdidas y la concienciación que tienen.

Por último, el Consejo del Agua ha informado favorablemente la revisión del Plan Especial de Alerta y Eventual Sequía de la cuenca.