Según detalló el organizador del congreso, un ataúd puede valer, de media, unos 1.200 euros. Tirando por lo bajo, 500. Pero hay una historia de un funerario que llegó a vender un féretro por un millón de pesetas de los de la época. Pasó hace casi un cuarto de siglo: cuando murió la artista Lola Flores.

Tal y como explicó Amorós, el funerario en cuestión se dedicó a decir que tenía en exclusiva el modelo donde reposó la artista. Y así hizo negocio. Mucha gente quería tener su descanso eterno a imagen y semejanza de ´La Faraona´, y gastó lo que hoy serían 6.000 euros.