«Tenemos que estar más preparados para las llegadas masivas de pateras a las costas murcianas. Las vías de acceso al territorio europeo por los Balcanes se han cerrado, y se ha vuelto a recuperar la ruta del norte de África». Así de rotundo se pronuncia Mohammed Kebaili, responsable de Accem Murcia. Tras la llegada de numerosos inmigrantes a las costas murcianas en los últimos meses del año pasado, uno de los momentos más tensos vividos a nivel político fueron los reproches entre el Ayuntamiento de Cartagena y la Delegación del Gobierno por la descoordinación mantenida entre ambas instituciones. Esta tuvo como consecuencia que, en septiembre, hasta 60 inmigrantes fueran abandonados a su suerte en la ciudad portuaria y no fueran acogidos en la red local de apoyo de las distintas organizaciones sociales que sí disponían de plazas.

Ante esta situación, y con las previsiones de un repunte de llegada de pateras con el buen tiempo desde las costas argelinas y marroquíes a las murcianas, según datos que manejan la Delegación del Gobierno y la Consejería de Familia, las ONG de acogida de inmigrantes y las instituciones se están preparando para mejorar la coordinación y obtener por parte de los funcionarios regionales más información y materiales necesarios para conocer y gestionar mejor la acogida e integración de las personas solicitantes de asilo.

Desde Accem Murcia, su presidente señala que se está estudiando con el Ministerio de Servicios Sociales y el Ayuntamiento de Cartagena un protocolo que dictamine cómo colaboran las organizaciones sin ánimo de lucro en la acogida de estas personas y qué recursos aportan a estos procesos. «La primera acogida de emergencia la realiza Cruz Roja en el puerto tras rescatar a los inmigrantes que lleguen en pateras, muchos son trasladados a diferentes comisarías y pasan a disposición judicial, pero algunos los ponen en libertad», explica Kebaili. Es en este punto, señala, cuando intervienen las organizaciones y ofrecen plazas de acogida a mujeres con hijos, embarazadas o las personas más vulnerables. Participan, además, con traductores y plazas de acogida de emergencia en hostales y pisos. En la misma línea actúa la fundación Cepaim, que para este año también tienen activados varios convenios con centros hoteleros para acoger «en condiciones» a los inmigrantes en caso de llegada masiva y poder así «habilitar otras alternativas», explica su coordinador Pedro López.

Las organizaciones de Cáritas, Cruz Roja y la Hospitalidad de Santa Teresa son las tres que entran dentro, por su parte, del protocolo de actuación de alerta que diseñó la Delegación del Gobierno, tras la llegada de pateras el año pasado, con diversas organismos municipales, militares, marítimos, jurídicos o policiales, para los casos de localización de hasta 7 u 8 pateras con en torno a 80 personas en total.

Las directrices de este protocolo determinan que se articulará, con el apoyo de estas tres organizaciones sociales, «las condiciones de plena habitabilidad del local que se vaya a utilizar, así como de manutención y asistencia sanitaria de los inmigrantes detenidos hasta su puesta a disposición ante las autoridades judiciales», según recoge el documento que maneja la Delegación.

Formación en acogida y asilo

La consejería de Familia ha comenzado a impartir un curso en colaboración con Accem, Cruz Roja, Fundación Cepaim y Murcia Acoge para formar al personal de ayuntamientos y organismos regionales que están en continuo contacto con personas que solicitan protección internacional. Accem se encarga de impartir los contenidos referentes a la 'acogida de emergencia', es decir, el primer contacto del solicitante de asilo con el sistema: Gestionar la documentación en Extranjería y comisarías, acogida en pisos, escolarización de los menores, etc.

Cepaim, por su parte, colabora en el curso mostrando la atención que, por ejemplo, realizan a personas con secuelas psicológicas al llegar de países como Siria, Eritrea, Ucrania... El presidente de Cepaim, Pedro López, señala que «todo proceso migratorio acarrea secuelas psicológicas y varía en función de la base que motiva esa emigración».