Las proyecciones futuras sobre el cambio climático en las que se predice una ligera disminución de las precipitaciones y un cambio en la distribución anual de las mismas, junto con el aumento de la explotación de recursos hídricos por las actividades agrícolas y turísticas, hacen necesaria la mejora y acondicionamiento de los sistemas de drenaje para reutilizar las aguas de escorrentía en la Región de Murcia.

Así lo ha confirmado un estudio publicado en la revista científica suiza Water, llevado a cabo por un grupo de investigadores de la Universidad de Murcia y Alicante, compuesto por Ramón García Marín, experto en Geografía Humana, y los investigadores predoctorales Gregorio Castejón Porcel, David Espín Sánchez, Víctor Ruiz Álvarez y Daniel Moreno Muñoz.

En la investigación se ha analizado el patrimonio hidráulico que durante estos siglos ha permitido el aprovechamiento del agua de lluvia. Estas técnicas tradicionales se han perdido y muestran actualmente un estado de degradación debido a su desuso como consecuencia de la llegada de las aguas del trasvase Tajo-Segura y de las innovaciones para la extracción de aguas subterráneas, que han permitido obtener caudales a grandes profundidades.

En el documento se analizan también las escorrentías generadas en ramblas del Campo de Cartagena durante los episodios de lluvias torrenciales de 2012 y 2016.

«Estos episodios de fuerte intensidad horaria generaron una serie de caudales que fueron a parar al Mar Menor y, de éstos, una parte considerable se podrían haber aprovechado para aumentar la oferta» de agua, afirma Ramón García Marín.

El artículo asegura que la actual situación de explotación de las aguas en la Región por parte de la agricultura y el turismo está desencadenando consecuencias socioambientales muy preocupantes.

Entre ellas, se encuentra la pérdida de suelo, la sobreexplotación de acuíferos, conflictos sociales por las trasferencias externas de recursos hídricos, el aumento del riesgo de inundaciones y la degradación del Mar Menor.