Les sacan navajas y cuchillos y les exigen que les entreguen el dinero que llevan encima. Ser taxista se está convirtiendo en una profesión de riesgo, consideran desde las asociaciones que agrupan a estos profesionales en la Región. Y es que recientemente se está dando un repunte de asaltos, aseguran los citados colectivos. En Cartagena, los robos violentos se están dando especialmente en las zonas de Los Mateos y Lo Campano. En Murcia, en apenas mes y medio cinco profesionales del taxi han visto cómo les asaltaban, cuchillo en mano, en El Palmar, informan las agrupaciones.

El secretario de la Gran Federación del Taxi de la Región de Murcia, José Corbalán, considera que «el tema de la inseguridad, en nuestro sector, es endémico», a lo que añade que «va en ciclos».

En la actualidad, «en Cartagena pasa en barrios periféricos, y en Murcia saltan las alarmas», remarca Corbalán. De ahí que la Federación quiera tener «una reunión con el delegado del Gobierno», para explicarle cuál es la situación de inseguridad y que «hay un pico de delincuencia que hay que atajarlo», incide.

En la Región de Murcia hay 748 taxis ahora mismo, según los datos que maneja la federación. De ellos, 290 están en la capital y otros 253 en la ciudad portuaria, según los datos que manejan las distintas asociaciones.

Por su parte, el presidente de Radio Taxi en Murcia, Sergio Navarro, mantenía el pasado martes una reunión con la edil de Seguridad del municipio, Lola Sánchez, con el fin de trasladarle la preocupación que hay en el sector por estos ataques, especialmente los de El Palmar. Los sospechosos son, especificó Navarro, «hombres de entre 25 y 30 años, que van encapuchados y llevan navajas».

«Se ceban con nosotros», lamenta el responsable de Radio Taxi. De momento, ningún taxista ha resultado herido, ya que «no oponemos resistencia», detalla. Y es que «si te vienen dos y uno lleva una navaja, no puedes reaccionar», precisa al respecto.

Preguntado por qué se puede hacer para mejorar la seguridad, Navarro admite que «es muy complicado». Como lo es instalar mamparas en los vehículos, ya que «el aire acondicionado no llega atrás, hay que desactivar los airbags laterales» y, evidentemente, se pierde el contacto entre todo cliente que no sea un delincuente (la gran mayoría) y el chófer.

Por otro lado, el presidente de Unión Taxi en Cartagena, Eusebio Rodríguez, confirma que en su ciudad también «sacan navajas y hay clientes que se bajan y no pagan» la carrera realizada.

Rodríguez asevera que muchos conductores no denuncian lo que les pasa porque «se pierde más tiempo en temas de papeleo, con la Policía y en el juzgado, que luego el beneficio que puedas obtener». Y es que la mayoría de los delincuentes, una vez detenidos, «se declaran en insolventes».

En cuanto a qué soluciones han de poner en marcha los responsables políticos para tratar de minar este problema de inseguridad, cree que «mientras no atraquen a ninguno de ellos» no se tomarán medidas.

«Se los llevan como rosquillas», afirmaba ayer un taxista de la capital murciana, en referencia a los móviles que les quitan constantemente los amigos de lo ajeno. Estos teléfonos son herramientas de trabajo, y llevan aplicaciones útiles en Radio Taxi. Para los cacos, es material que intentar vender en el mercado negro. «Está de moda robarnos los móviles», apunta el profesional, que prefiere no identificarse y explica que el modus operandi es que se suben al menos dos personas al coche, dan una dirección y, cuando llegan al destino indicado, «se baja uno por cada lado, uno te entretiene... y, al final, no te pagan y encima te roban el móvil».

Y no siempre se limitan a cobrar e irse corriendo. «A veces te rompen la luna de un botellazo, tengo compañeros a los que les ha pasado», apostilla otro conductor profesional. Sin ir más lejos, «la otra noche dos la liaron a pedradas contra el coche de uno aquí en Vistabella».

El presidente de Radio Taxi en Murcia explicó ayer que, en su reunión con la edil Lola Sánchez y el responsable de la Policía Local, le hicieron saber que se había arrestado recientemente a un grupo de jóvenes sospechosos de perpetrar ataques a taxistas en la ciudad. Estos chicos actuaban en especial por la zona de Primero de Mayo. «Falta que cojan a los de El Palmar, que son más peligrosos», señala Sergio Navarro.