El ser humano ha dejado huellas difíciles de borrar en los recursos naturales de los que se ha nutrido y no ha sido hasta hace unas pocas décadas que se ha dado cuenta de la necesidad de reducir su impacto y reparar en lo posible los daños causados. Sobre estas cicatrices y su reparación hablaron los ponentes del tercer panel de AquaForum, moderado por el profesor e investigador en la Escuela de Caminos y Minas de la UPCT, Juan García Bermejo.

«La recuperación de los acuíferos es casi imposible»

«La recuperación de los acuíferos es casi imposible»Marisol Manzano, profesora titular del departamento de Ingeniería Minera, Geológica y Cartográfica de la UPCT, fue la encargada de explicar las dificultades a las que se enfrentan los expertos a la hora de recuperar acuíferos o, como Manzano apuntó, «remediar», ya que la recuperación de los acuíferos es una tarea prácticamente imposible, porque «muy pocos acuíferos muy permeables recuperan parte del agua extraída».

En la Región, «por los usos que hay que darle al agua se requiere remediar la cantidad y, en muchos casos, la calidad, como ocurre en el Campo de Cartagena», apostilló. Como explicó, «la tasa en la que se almacena el agua en los acuíferos oscila entre unos pocos centímetros y unos decímetros por año», añadió. Y es que, «desde que una gota de agua cae hasta que se infiltra puede tardar hasta miles de años en llegar al acuífero», recordó.

Para remediar un acuífero hay varias técnicas: la recarga artificial, que introduce agua cuando los mecanismos naturales no lo consiguen; la recarga inducida, que es más fácil pero requiere más voluntad; y las barreras reactivas con elementos que cambian el ph del agua. La primera experiencia de este tipo en Europa fue justo hace 20 años, tras el desastre de Aznalcóllar».

Manzano apuntó que un punto sobre el que hay que trabajar para 'curar' los acuíferos es «pensar en métodos de remediación de la contaminación del terreno porque acaba afectando al agua subterránea».

«Cuando un español toma un zumo, gasta 75 litros de agua»

«Cuando un español toma un zumo, gasta 75 litros de agua»«El agua se puede convertir en una amenaza para una Región como la nuestra», sentenció, nada más comenzar su intervención, Juan Antonio López, jefe de Optimización Energética, Seguridad y Medio Ambiente de Estrella Levante y Grupo Damm.

López centró su intervención en el concepto de huella hídrica sobre el que la empresa cervecera ha trabajado desde los años 60. «Se trata de un bien escaso y desde el inicio de la compañía implantamos una metodología que buscaba la optimización de los recursos. La huella hídrica es un indicador de apropiación del uso del agua. La huella hídrica del español medio es de 6.700 litros por día. Beber un zumo son 75 litros de agua. Para un litro de cerveza se necesitan 309 litros de agua».

López explicó que «la empresa llegó a un acuerdo con los agricultores a los que se les compra la cebada y se ha bajado de 309 a 250 litros la huella hídrica». Pero, también indicó que, Estrella de Levante trata de reducir el gasto energético. Tratamos de aprovechar los procesos de enfriar para calentar en otras etapas y así hemos bajado un 33% el uso de energía por hectólitro».

Miguel Ángel Ródenas y la gestión de un río escaso

Miguel Ángel Ródenas y la gestión de un río escasoEs presidente de la cuenca más deficitaria de la Península, la del Segura, y le toca la gestión de «un río escaso». Miguel Ángel Ródenas, que tuvo que adelantar su intervención por cuestiones de agenda, habló ayer de la recuperación de los ríos, algo que se ha logrado en la Región de Murcia gracias a Plan de Regeneración y reutilización de las aguas fluviales puesto en marcha en 1995 con el horizonte 2005. «El río Segura era entonces una alcantarilla a cielo abierto; no en vano protagonizaba una pregunta del Trivial de aquellos años: '¿Qué sucio río pasa por Murcia ?'», comentó. Hoy ya se ha cumplido el objetivo de tener más agua circulante, y de cumplir la directiva europea en materia de saneamiento, habiendo implantado, además, la máxima de 'quien contamina paga'. Y, dijo, se ha conseguido llevar la vida al río, con nutrias y anguilas nadando de nuevo en sus aguas, y recuperar su flora. También han recibido el premio europeo Riverprize 2016 por esta regeneración.