Otro de los puntos que se trató ayer en la reunión de la consejería con el Comité Científico del Mar Menor fue un informe sobre el estado actual de la laguna, en el que se expone que la evolución positiva de la calidad de aguas lleva un cierto adelanto con respecto al año anterior, con valores de nutrientes y clorofila más bajos que los que se dieron en 2017 en estas fechas y con una profundidad de visibilidad del disco de Secchi -con el que se mide la transparencia- que es mayor. Esta se sitúa en promedio en los 2,6 metros, pero en algunos lugares supera ya los tres metros. El consejero Javier Celdrán aseguró que «los últimos datos con los que contamos y que recibimos ayer son muy positivos, porque la transparencia se sitúa en 4,14 metros».

«Un aspecto a considerar es que la evolución positiva de los parámetros está teniendo lugar de forma más gradual y con menos fluctuaciones, lo que sugiere una mayor estabilidad y capacidad de amortiguación del sistema», explicó Celdrán.

El informe concluye que debe mantenerse la idea de que el Mar Menor sigue en un equilibrio delicado, dando síntomas de capacidad de respuesta, si bien parece que poco a poco va recuperando su capacidad de autorregulación. «Los valores de salinidad y temperatura son normales y también los valores bajos de nutrientes y clorofila». Asimismo, los indicios de mayor capacidad de autorregulación y amortiguación de las fluctuaciones pueden ser una defensa contra la subida de las temperaturas de finales de primavera y verano, pero estas siguen siendo un riesgo de desestabilización importante. Los científicos también expusieron tres estudios que marcan bases para seguir ahondando en el conocimiento del Mar Menor, para conocer y poder tener un control y seguimiento total de la laguna litoral.