El expresidente de Ecuador, Rafael Correa, participó ayer en Murcia en la conferencia América Latina en disputa: retos y desafíos, donde aseguró que «lo que le están haciendo a Lula da Silva, si hubiera sucedido en Venezuela, ese país ya estaría invadido, pero como se lo están haciendo a Lula, no pasa nada».

Así, aseguró que en Ecuador hay retrocesos porque «ya no hay ética ni políticos responsables» y en los últimos meses, según dijo, «se ha roto la Constitución», al tiempo que calificó de «todo un éxito» la marcha celebrada el martes en Quito (Ecuador) por sus partidarios ya que pensaban reunir a 1.800 personas y acudieron, según dijo, 5.000. Al respecto, lamentó que «la marcha ha sido ignorada por los medios» y los acusó de ser cómplices «en un momento en la legalidad ha quedado a un lado y existe manipulación y desinformación».

Respecto a la consulta popular celebrada el pasado febrero en Ecuador, dijo que en su país «se argumenta que el pueblo soberano votó, y con ese argumento Cataluña sería independiente, pero no se reconoció el referendo catalán porque no estaba de acuerdo a la Constitución de España». En el caso de la consulta promovida por el presidente Lenin Moreno, a juicio de Correa, «se trata de una consulta anticonstitucional por el tipo de preguntas a las que fueron sometidos los ecuatorianos».

Correa también criticó que el gobierno de su país esté «obsesionado» en hundirle a él y a sus partidarios, al tiempo que comentó con ironía que sobre él «existen más acusaciones que las que tuvo Al Capone». Además, lamentó que nieguen el registro a su nuevo partido, Movimiento Alfarista, «con un argumento tan ridículo como que seamos un movimiento de izquierdas que se está aprovechando del nombre del líder de la revolución liberal ecuatoriana de principios de siglo XX, Eloy Alfaro», y se mostró convencido de que negar el registro del partido «esconde el temor a que se convierta en la mayor fuerza política del país».

Para el expresidente de Ecuador, actualmente existe «una ira popular que se está expresando y va a explotar» aunque reconoció que no sabe «dónde desembocará todo ello».