La Consejería de Salud, a través de la Dirección General de Salud Pública, va a poner en marcha un sistema pionero de vigilancia del mosquito tigre por medio de una aplicación innovadora en la que los ayuntamientos de la Región aportarán datos sobre el insecto.

Se trata de un sistema integrado que permite realizar planes de vigilancia y control del mosquito tigre, que tansmite enfermedades como el dengue, el chikungunya y el Zika.

El director general de Salud Pública y Adicciones, José Carlos Vicente, ha dado a conocer esta mañana al personal técnico de todos los municipios este programa de vigilancia, que cuenta con un laboratorio habilitado en el Servicio de Microbiología y Parasitología del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca.

En este laboratorio se realizarán los análisis de las trampas de ovoposición, suministradas y colocadas por los ayuntamientos para recoger los huevos del insecto.

En el encuentro de hoy se explicó el funcionamiento de esta nueva herramienta de trabajo con la que se quiere combatir la proliferación de este insecto, limitando su reproducción y eliminando focos donde se localice.

Este sistema regional de vigilancia entrará en funcionamiento las próximas semanas.

Empresas de control de plagas, investigadores de distintas universidades españolas, junto con expertos en Sanidad Ambiental, celebraron en febrero un encuentro en la Facultad de Veterinaria para conocer con detalle las funciones de esta aplicación adquirida para un plazo de cuatro años.

La Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente ha dotado a la Consejería de una subvención de más de 55.000 euros para desarrollar este sistema.

Expansión de los mosquitos

El director general explicó que "el crecimiento del comercio mundial y los viajes internacionales han facilitado que los vectores de enfermedades lleguen a nuevos territorios, como ha sucedido con el mosquito tigre en todo el mundo".

Además, el aumento del tiempo de ocio al aire libre en el mundo desarrollado y el viaje a los trópicos, "se traduce en que hay más posibilidades de que las personas entren en contacto con vectores de enfermedades", como la enfermedad de Lyme, que transmiten las garrapatas.

El calentamiento global también aumenta el riesgo de introducción de nuevos patógenos en poblaciones de vectores locales o recientemente establecidas, como la lengua azul en los rumiantes, y el virus chikungunya y zika en los humanos.