Entre los deberes pendientes de la Fundación Caja Mediterráneo que contempla su Plan Estratégico también está el aclarar definitivamente la situación con el Banco Sabadell. La precipitación con la que se segregó la Obra Social del negocio financiero de la extinta CAM -tras fallar la pretendida fusión con Caja Asturias- provocó que la titularidad de algunas obras de arte no se modificara y, a pesar de que la intención de los responsables de la entidad era dejarlas junto al resto del patrimonio cultural, legalmente acabaron en manos del banco catalán.

Una disputa a la que hay que sumar la gestión compartida de algunos inmuebles. Durante años el enfrentamiento que la Fundación y el Sabadell han mantenido en los tribunales por los litigios de las cuotas participativas han impedido un acuerdo pero ahora la institución presidida por Luis Boyer quiere dejar claras definitivamente las cosas y llegar a un acuerdo con la entidad. Habrá que ver si el traslado del domicilio social del Sabadell a Alicante favorece el entendimiento entre ambos.