'Droga caníbal´, una denominación tremendamente atractiva que esconde una sustancia con una capacidad arrolladora de estimular al cerebro humano. Sus efectos son mucho más potentes que los de las anfetaminas y la cocaína. Es así porque al introducirse en el organismo actúa como un inhibidor de la recaptación de la noradrenalina y la dopamina (ambas sustancias son neurotransmisores del sistema nervioso central y periférico).

Que sea un inhibidor implica que bloquea la recaptación de estas sustancias, lo cual provoca un aumento de las mismas en sangre y, por lo tanto, lleva a la persona a un estado de gran excitación en el que pierde el control. Hasta liarse a mordiscos.

Fuentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la Región de Murcia apuntaron que, de momento, no hay constancia de que esta sustancia haya llegado a la Región, aunque no se descarta que se esté trapicheando con ella.

Lo que es prácticamente seguro es que sí está en España. En concreto, en Galicia. Este mismo mes, un menor de 17 años ingresó en el Hospital Universitario Lucus Augusti después de morder y agredir a los que se encontraban a su alrededor en el centro de Lugo. Se le sometió a un coma inducido, del que salió, aunque siguió ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos.

«Cada persona reacciona ante la droga de forma diferente y hay veces que, hasta que no pasa una desgracia, no puede saberse que ese tipo de estupefacientes están ya en circulación por una zona específica», comentan agentes especializados en narcotráfico en la Región de Murcia.

Los expertos que luchan contra el tráfico de sustancias en esta comunidad ponen el acento, especialmente, en las zonas de ocio nocturno. Es allí donde los camellos pueden hacer su agosto, vendiendo pastillas a, especialmente, gente joven que está de fiesta.

Aunque el objetivo es acabar con quien está detrás de este tráfico de estupefacientes. «No con el camello que vende unas ´rulas´ en un aparcamiento, con eso no cortas el problema de raíz», apuntan fuentes cercanas a las investigaciones. El fin es dar con el laboratorio donde se producen las drogas. En la Región de Murcia, hasta el momento, no se ha encontrado ninguno. Eso no significa que no existan. «Un laboratorio de drogas requiere una infraestructura, no es algo que un aficionado pueda montar de un día para otro en su garaje», subrayan los expertos.

Hace unos años, la Policía Nacional desmantelaba en un piso de Alcantarilla un laboratorio en el que se hacía metanfetamina. Uno de los que lo llevaban, y que fue detenido entonces, era un alumno de Químicas. La fabricación de estas sustancias requiere de unos conocimientos técnicos que, en este caso, eran aportados por el joven universitario, de 21 años de edad entonces.

«A Dios gracias, la mayoría de los estudiantes no se dedican a eso», apostilla un agente, al tiempo que detalla que «es más fácil mantener unas plantas de marihuana, o un ´telecoca´ que meterse en todo un laboratorio». En el caso de la ´droga caníbal´, los laboratorios de drogas van variando la composición de estas sustancias para librar las prohibiciones, pero son similares a las anfetaminas y se popularizaron cuando éstas se empezaron a controlar.

«No son sustancias que se consuman diariamente, son más bien de ámbito nocturno y suelen estar ligadas a determinadas fiestas. Las personas se intoxican un día y paran hasta la semana siguiente o la siguiente fiesta, por lo que al organismo le da tiempo a recuperarse. No acuden al médico porque no tienen en cuenta el daño neurológico», destaca Jesús Cancelo, psicólogo clínico.

Paranoia, confusión, delirios, ansiedad, conductas violentas... Los efectos de la ´droga caníbal´ son muchos pero destacan los vinculados a un aumento de la agresividad del consumidor. Lo que no se ha demostrado es su relación con el canibalismo. «Que alguien se muerda a sí mismo o muerda a otros no tiene por qué ser por estas sustancias específicamente. Este comportamiento puede derivarse del consumo del alcohol. También hay gente que pierde el control de sus impulsos, que no tienen que obedecer a una droga de síntesis, sino a trastornos psicopatológicos», señala Cancelo.

«Hace efecto a los pocos minutos de haber sido ingerida, en unos cinco, porque está especialmente diseñada para llegar rápidamente al cerebro. Su efecto máximo se da a la hora u hora y media de la ingesta, y el viaje dura de seis a ocho horas o, lo que es lo mismo, una noche larga de marcha», dice el doctor Bernardino Barceló, del laboratorio de Son Espases, en Palma.

La metilendioxipirovalerona (MDPV) es la sustancia que se conoce como ´droga caníbal´ desde que en la década de los 2000 comenzó a sintetizarse como droga de uso recreativo. Su aspecto es similar al de las sales de baño y se puede fumar, inyectar o esnifar. O suministrarse por vía rectal. Está especialmente diseñada para llegar rápidamente al cerebro, con lo que tarda pocos minutos en hacer efecto.

La metiendioxipirovalerona es una sustancia bastante fácil de conseguir porque se comercializa en tiendas esotéricas como sales de baño, abonos para plantas o incluso como quitamanchas.

Entre la nómina de efectos nos deseados de la ´droga caníbal´ están los escalofríos, la sudoración excesiva, los vómitos continuados, las taquicardias, la paranoia, los delirios o las conductas extremas.

Quienes consumen estas sustancias sintéticas no se inician en las drogas a través de ellas: ya han consumido otras antes. Además, no se consideran a sí mismos como adictos. «En general tienen muy poca conciencia de adicción. Son drogas que escapan de lo habitual. Piensan que son de un círculo privilegiado y que es algo recreativo. Se convencen de que toman esa droga para estar despejados, ir de fiesta o practicar sexo como en el caso del ´chemsex´ (sexo químico)», describe el psicólogo clínico Jesús Cancelo. Pero sí son adictos, porque dentro de la definición de una adicción se incluye el uso, el abuso y la dependencia.

La expansión de esta nueva droga (también conocida como ´ola de marfil´ o ´cielo de vainilla´) entre la juventud mundial lo demuestra el hecho de que en Estados Unidos las llamadas al laboratorio nacional de toxicología para recabar información clínica sobre esta sustancia pasaron de las 300 realizadas en 2010 a las 6.000 del año posterior.

En España, el primer caso del que se tiene constancia se registró en Ibiza en verano de 2017, cuando un joven británico atacó a varias enfermeras que le estaban atendiendo y fue precisa la presencia de la Policía para reducir al paciente. El chico arremetió contra los agentes a mordiscos.