Luis Galindo, el ponente que abrió la I Cumbre de la Excelencia Empresarial, animó al auditorio a dejar de «ir por la vida con el piloto automático» para entregarse a su trabajo y a sus relaciones personales «al cien por cien».

Aunque dejó claro que «no existen Superman ni Superwoman» y descalificó a «los conferenciantes que te dicen que salgas de aquí convertido en un superhéroe», apuntó que el secreto de la felicidad está en «no ser tacaño con la vida. No he conocido a nadie de diez que se conforme con una vida de cinco».

También aconsejó a los empresarios que no se guarden las felicitaciones y el optimismo. «Hemos hecho una sociedad con un pudor malentendido. Nos da vergüenza decir cosas buenas».