La paridad en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado sigue siendo una asignatura pendiente en España y también en la Región de Murcia.

En la plantilla de la Policía Nacional en esta comunidad, por ejemplo, hay 1.415 efectivos, de los cuales 125 son féminas. Hay una inspectora jefa, seis inspectoras, dos subinspectoras, nueve oficiales y 60 agentes.

Una de estas mujeres es Piedad Párraga, inspectora y responsable del gabinete de prensa de la Jefatura Superior de Policía de la Región de Murcia. A su juicio, priorizar la carrera profesional o la personal, «como tener familia e hijos» es «cuestión de tomar decisiones».

Párraga, que es madre, sí se plantea en un futuro ser inspectora jefa. «Trataré de compaginarlo con mi vida familiar», destaca.

Por el hecho de ser mujer «no he sentido ningún tipo de diferencia en el trato diario. Y diferencias salariales no hay ninguna», deja claro la inspectora. Apostilla que «es verdad que la presencia masculina es mayor» en el Cuerpo, dado que «la de policía es una profesión tradicionalmente masculina». De hecho, hasta el año 1979 no se incorporaron las féminas a la plantilla.

La oficial Lucía Mallada, por su parte, rememora que, cuando ella entró en el Cuerpo, junto a otras compañeras, sus colegas varones «nos lo pagaban todo», pese a que cobraban el mismo sueldo. Ese «paternalismo» que vivió lo achaca a la «mentalidad» de la época. Hoy en día, subraya, «tenemos que estar orgullosas, porque todo ha cambiado para mejor». «Siempre me han tratado mejor por ser mujer», remarca. Mallada, policía y madre, asegura que algunos sospechosos hombres «no soportan que una mujer les ponga la mano encima y los detenga».

La Policía Local de Murcia, mientras, cuenta con 502 hombres y 73 mujeres. Una de ellas es Carmen Sáez, cabo en el Equipo de Protección y Atención a la Familia (EPAF). Ella asegura que no sintió discriminación por ser mujer, aunque admite que veces detectó a gente «esperando para ver si iba a meter la pata». No obstante, «nunca» fue tratada «de forma discriminatoria o despectiva», deja claro esta policía, que actualmente trabaja en las dependencias de La Alberca, recientemente inauguradas.

«Me miraban mucho con expectación», rememora Sáez, que lleva desde 1997 en el Cuerpo: primero estuvo en Alcantarilla y ya lleva 15 años trabajando en Murcia. También apunta que la han felicitado «en muchas ocasiones» por el trabajo bien hecho.

«Murciana de pura huerta, de Nonduermas», la cabo cree que donde más queda por hacer es en lo referente a la conciliación. Ella es madre de dos hijos (una niña de 8 años y un niño de 11) y señala que, tras nacer la pequeña, tuvo que incorporarse a su puesto de trabajo cuando aún no había terminado la lactancia. «Necesitamos que se nos ayude a conciliar nuestra vida familia y laboral», sentencia la mujer.

Las féminas «podemos estar ahí por nuestros propios méritos», tiene claro Sáez. «Sin que nos regalen nada», hace hincapié.

En cuanto a Cartagena, hay actualmente 302 municipales y 23 son mujeres. Todas son agentes rasas. No hay ninguna cabo ni ninguna sargento. Desde el Ayuntamiento aseguran que hay abierto un proceso de promoción interna y esperan que alguna fémina ascienda, por primera vez en la historia de la ciudad portuaria.

En la Quinta Zona de la Benemérita, por su parte, hay alrededor de 1.900 integrantes (72 mujeres). Una de ellas es Mª Ángeles de la Barrera López, que pertenece al Núcleo de Reserva y se encarga del traslado y custodia de detenidos y presos. Del 8 de Marzo, «valoro el significado emocional que tiene», explica, al tiempo que recuerda «lo que tuvieron que luchar aquellas primeras mujeres, en el siglo pasado, por tener una igualdad social y de salarios».

De la Barrera López lleva 26 años en la Guardia Civil. No fue hasta 1988 cuando, en virtud de un Real Decreto, la mujer se incorporó al Cuerpo. En los principios «pensábamos que ya estaba todo hecho pero no», señala. Por aquel entonces «ni estaba preparada la Guardia Civil en instalaciones ni en uniformidad». Hoy en día ya no ocurre eso. En su trabajo «jamás he notado machismo. Ni discriminacion por el hecho de ser mujer», asegura la agente, que también fue motorista en Tráfico.

La guardia civil considera que aún queda por hacer para erradicar el machismo de los hogares. En su trabajo, remarca, «hoy en día los guardias masculinos están más abiertos a nuestra integración e igualdad que hombres de otros colectivos». «Ha habido una evolución que se ha palpado en la calle y a nivel interno: la gente no ve un hombre o una mujer, ve un guardia civil», considera esta profesional.

De la Barrera López también pone el acento en la «inteligencia emocional» de la que hacen gala las mujeres en su trabajo. Valora «la cercanía, el empatizar con la persona y el saber llegar de forma más emocional y cercana», algo que «hace que muchas veces no se produzcan conflictos» a la hora de, por ejemplo, tratar con personas enajenadas o violentas. Y es que «las mujeres tenemos ciertas habilidades emocionales que nos ayudan a desarrollar nuestra labor profesional con éxito», apostilla.

Hoy, 8 de Marzo «yo tengo que estar en mi sitio, en mi servicio, protegiendo al ciudadano, ayudando en un accidente... no puedo separar el Día de la Mujer del servicio público al que me debo», dice la agente. «Hoy es nuestro día y el de todas las mujeres que lucharon para que hoy estuviésemos aquí. Que se note que valemos», hace hincapié.