Se ve la luz al final del túnel. Las precipitaciones de agua y nieve de las últimas semanas están propiciando que los embalses de la cabecera del Tajo y del Segura vayan llenándose. Y no lo hacen poco a poco, sino a una velocidad que hace crecer las esperanzas entre los regantes del Trasvase de que antes del verano el Ministerio de Agricultura pueda autorizar envíos de agua para riego a la Región.

Los embalses de Entrepeñas y Buendía (de donde parte el trasvase del Tajo) almacenaban ayer 333 hectómetros cúbicos, es decir, casi 100 hectómetros cúbicos más que hace dos semanas (el 1 de marzo recogían 244 hm3). Hasta ahora está entrando a la cabecera una media de 6 hm3 de agua al día.

«Y lo mejor de todo es que sigue habiendo muchísima nieve, que en cuanto empiece a derretirse, también se recogerá en los pantanos», apuntó Lucas Jiménez, presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura, Scrats.

«Eso nos da esperanzas de que los trasvases estén más cerca, e incluso de que avancemos hacia un cambio de ciclo y la sequía remita, pero no hagamos de augures...», añadió, y destacó cómo había cambiado la tendencia en apenas una semana.

Los regantes del Trasvase, además, contarán con unos 34 hm3 de agua de los 80 que se extraerá de la nueva batería de pozos de sequía en la cuenca del Segura, cuya apertura fue aprobada por el Ministerio el pasado 6 de marzo. «Aunque falta la autorización definitiva, ya tenemos el reparto hecho entre las comunidades de regantes», indicó Jiménez.

Y la situación también mejora en la cabecera de la cuenca del Segura, donde se está recogiendo entre 4 y 6 hectómetros cúbicos de agua diarios. En los pantanos ayer se almacenaban 216 hm3 (el 19% de su capacidad total). Hace dos semanas tenían 186 hm3 de agua (el 16%).

Sin embargo, Lucas Jiménez quiso dejar claro que aunque la sequía acabe, el Círculo Levantino por el Agua no cejará en su empeño de lograr medidas que solucionen «definitivamente» el déficit estructural de agua de la cuenca del Segura.

«Con las lluvias sólo salvamos la situación y nos quitamos la angustia del cuerpo, pero no se soluciona el problema de raíz», subrayó, para lo cual, insistió, «necesitamos infraestructuras».

Page y las desaladoras

Por su parte, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, volvió a hacer suya la reinvindicación de los regantes de que se aumente la capacidad de desalación de las plantas levantinas. Eso sí, su objetivo es 'liberar' definitivamente a la cabecera del Tajo de los trasvases al Segura.

Si las plantas funcionan a su plena capacidad, sería «inútil», defendió, enviar agua y sólo se recurría a ello «en momentos de extrema necesidad».

El presidente castellanomanchego recordó que en los últimos 15 años «se han invertido 600 millones de euros» en desaladoras que «están sin optimizar», algo que «simple y llanamente es una barbaridad», concluyó.