¿Qué supone para usted el galardón que le concede el Ayuntamiento de Murcia con motivo del Día de la Mujer?

Un enorme honor, algo que no podía esperar, mucho más cuando hace cinco años que me jubilé. Y lo hermoso para mí es que mi nombre lo haya dado al Ayuntamiento de Murcia mi universidad, la UMU. Es un regalo, y lo agradezco muchísimo a Ayuntamiento y Universidad.

¿Cómo vivió usted aquellos años en los que era la única catedrática de la Universidad de Murcia?

Yo estudié Filosofía y Letras en la Universidad de Murcia y antes hice el Bachillerato en Cieza, mi pueblo. Tras licenciarme y doctorarme, oposité en Madrid a una plaza de Agregada de Latín, y la saqué. A los dos años pasé a catedrática. Lo logré estudiando, trabajando mucho, y teniendo suerte. Siempre digo que los rezos de mi madre fueron importantes. Yo nunca me sentí la única catedrática. Yo era profesora y nunca, salvo alguna excepción razonable, he puesto debajo de mi nombre la palabra catedrática. Es cierto que en bastantes reuniones estaba yo sola, pero no me sentí nunca sola ni diferente, ni creo que ningún compañero catedrático me viera diferente. El trato era de igual a igual y yo sentía un profundo respeto por ellos. Tuve mucha suerte.

¿Sufrió alguna vez machismo por parte de los compañeros profesores o de los alumnos?

Yo nunca lo sentí así. Mis compañeros jamás en la vida me trataron como un florero, ni como alguien inferior. Eran demasiado grandes para tener esos comportamientos. Es más, siendo la única mujer, me eligieron para ser representante de catedráticos en la Junta de Gobierno de la Universidad de Murcia. Y en los alumnos, mucho menos. Ellos te respetan si ven que mantienes la coherencia, que trabajas igual que le exiges trabajar a ellos. Todavía algunos me escriben cosas preciosas.

Además, ha sido madre de tres hijos. ¿Cómo lo hizo para compatibilizar la vida familiar y la profesional?

Siempre tuve claro que quería casarme y tener hijos. De hecho, preparé las oposiciones embarazada. Compatibilicé bien, pues tuve la ayuda de mi madre y de otras personas. Además, con este trabajo era bastante fácil conciliar. Todo ello sumado a que soy una persona que duerme poco y trabaja bastante.

¿Qué mujeres le marcaron?

Mi formación la marcaron mis padres, que se sacrificaron por mi hermana y por mí, sin escatimar nada. Ya en Cieza tuve profesoras, seis por lo menos, que habían ido a la universidad. En el instituto de Murcia había también alguna mujer, pero destacaría a doña Encarnación Plans Sanz de Bremond, catedrática de Latín, mujer excepcional en todos los sentidos. Fue mi modelo, porque yo, como ella, quería ser profesora y ser madre.

¿Cómo ve la huelga feminista convocada para hoy?

A mí me enseñaron en la universidad que los ‘ismos’ no son el mejor sufijo. Pero sí estoy de acuerdo con el feminismo como «principo de igualdad de derechos de la mujer y el hombre». Lo llevo en mi ADN. Me lo enseñó mi madre: todos somos iguales, con los mismos derechos. Y soy fiel a lo aprendido. Dios quiera que esta huelga suponga un paso más para frenar la injusticia, que mentalice a muchos y nos dé fuerza. Si nosotras, sin odio y sin revancha, con entusiasmo, empezamos a respetarnos como mujeres, cosecharemos los primeros frutos de la huelga.

No solo fue usted la primera catedrática, sino también la primera mujer que pronunció el discurso de apertura de curso en la Universidad y la primera mujer que perteneció a la Junta de Gobierno. Solo le ha faltado ser rectora...

¡Qué va! Me han faltado muchísimas cosas. He sido la primera en algunas y, modestia aparte, trabajadora sí he sido, y muy pertinaz. Pero, ¿rectora? No pensé ni ser decana, y eso que amo a mi Facultad. Es una gran responsabilidad, y no me he visto en condiciones por muchas razones. Admiro a quien se presenta, y admiro y felicito a quien hace ese hermoso trabajo, pero no es lo mío. Ayudar, colaborar lo he hecho en todo lo que me han pedido. Lo pueden decir todos mis rectores. A lo más que he llegado es a vicedecana. Y directora del Aula de Mayores, algo de lo que estoy orgullosísima.

Y ahora que se han celebrado elecciones al rectorado, ¿para cuándo una mujer como rectora de la Universidad de Murcia?

Hay mujeres excepcionales en nuestra universidad, como profesoras, investigadoras, gestoras, etc..., que podrían ser rectoras. No sé si es una idea mía, pero quizá eso del rectorado se une demasiado al poder y a las mujeres, por lo general, no nos interesa mucho el poder. Pero las mujeres podemos ser muy útiles a la Universidad de Murcia desde cualquier puesto. Amar a la universidad es lo necesario.