Unas 400 personas participaron ayer en el homenaje que la Asamblea Regional rindió a las mujeres del siglo XX, «protagonistas en la sombra de un cambio social que permitió el desarrollo económico y la evolución del país, y de la Región de Murcia», señalaron desde el Parlamento autonómico.

Caridad Martínez, Nicolasa Pérez, María Luisa Mateu, Juana Izquierdo y María Martínez son algunas de las mujeres, octogenarias hoy, que nacieron sin derecho al voto, al divorcio, sin posibilidades de estudiar, ni cuestionar mandato masculino alguno, y mucho menos de tomar las riendas de su vida. Con trayectorias diferentes, todas ellas han ejercido 'sus labores' (s. l.), como bien recogía en el apartado de 'profesión' su Documento Nacional de Identidad de la época.

De esas tareas, de la fuerza e ilusión que proyectaron en sus trabajos, que las convirtió en impulsoras del crecimiento de la España de hoy, hablaron con la presidenta de la Asamblea Regional, Rosa Peñalver, en el homenaje con motivo del Día Internacional de la Mujer que visibilizó a las mujeres del siglo XX y su importante papel en la sociedad.

Fue a través de una mesa redonda entre compañeras de batalla, donde dieron a conocer que 'sus labores' aglutinaba los trabajos propios del hogar, el cuidado de mayores, niños y dependientes, la administración de los gastos, y la mano de obra en negocios familiares, así como el trabajo fuera de casa. En su mayoría, trabajos no remunerados y sin cotización a la Seguridad Social.

«Son mujeres excepcionales, como nuestras madres y abuelas, cuyo trabajo sin remunerar, ni reconocer, supondría el 25% del Producto Interior Bruto», explicó la presidenta de la Cámara. «Las mujeres del siglo XX son historia viva de nuestro país, responsables de que sus nietas y bisnietas puedan disfrutar hoy de los derechos por los que ellas tuvieron que luchar y reivindicar la igualdad de género desde un espacio propio», añadió Peñalver.

Motivos para seguir luchando

Las mujeres de profesión 's.l' relataron con ternura su pasado de esfuerzo y sacrificios, así como anécdotas que descubrieron vidas de dedicación exclusiva al trabajo y la familia, de la que siguen siendo eje vertebrador, tanto económico como afectivo. Activas e inmersas en la realidad, manifestaron su preocupación por la situación de las nuevas generaciones femeninas. «Mientras las mujeres cobren menos que los hombres por desempeñar la misma función, mientras tengan pensiones más bajas por la precariedad de sus trabajos y no ocupen puestos de poder y decisión, mientras sean agredidas y asesinadas por machistas que las consideran un objeto de su propiedad y mientras sean ellas las únicas responsables de los trabajos no remunerados del hogar y la familia, hay motivos más que suficientes para seguir luchando, junto a los hombres que se quieran sumar, por la igualdad de género», coincidieron en señalar las cinco protagonistas del emotivo acto.