Juan Madrid es el jefe de sección de Endocrinología y Nutrición del hospital murciano de La Arrixaca. Se muestra muy preocupado con la alimentación que hoy comemos y habla con conocimiento de causa, porque, destaca, «yo soy el que hace la compra en mi casa y sé lo que hay en los supermercados».

¿Qué le parece el nuevo plan del Gobierno para reducir la cantidad de azúcar, sal y grasas en los alimentos?

Esto es una operación de marketing, porque, cuando un alimento tenga 3 gramos de sal y le reduzcan el 10% , seguirá teniendo 2,7 gramos, que sigue siendo una brutalidad. Además, a este plan se adhiere quien quiere y, si alguna empresa no lo quiere cumplir, no hay ninguna multa. La Sociedad Española de Epidemiología y la Sociedad Española de Endocrinología dicen que todo esto es un paripé.

¿Por qué piensa así?

El riesgo es que a raíz de esta medida la gente piense que estos productos son sanos, y, por tanto, consuman más, con lo cual, la hemos liado. Los productos de alimentación, sobre todos procesados y ultraprocesados, deberíamos tomarlos pocas veces al mes, pero son justo la base de nuestra alimentación.

¿Hacemos mal la compra?

Lo que no hay que comprar es justo lo que compramos, y, encima, llenamos prácticamente el 90% del carro con ello. La gente dice que come fruta y verdura y lleva dos kilos en la cesta para cuatro personas en un semana. Es ridículo. Yo hago la compra en mi casa y sé de que hablo. Lo básico que la gente tiene que comprar es leche, yogures y queso fresco, así como fruta y verdura en cantidad. Junto a esto, tenemos que comprar legumbres, patatas, pan integral, arroz integral, huevos, pescados y un poco de carne. Esta es la lista de la compra sobre la que debe sustentarse nuestra dieta. Cuantos menos productos elaborados compremos, mejor, pero muchas personas basan su dieta en este tipo de productos que contienen grasas, azúcares añadidos y mucha sal.

¿Qué es lo más perjudicial?

Lo más perjudicial son las grasas saturadas, los azúcares y la sal. Pero hay una cosa muy importante que se deja pasar por alto, las grasas ´trans´, que son mucho peores que las grasas saturadas. Las ´trans´ favorecen el cáncer, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares. En Finlandia no dejan importar ningún alimento que tenga más del 2% de grasas ´trans´, pero, en España, no es ni obligatorio incluir este porcentaje en la etiqueta. Suelen estar presentes en bollería, pizzas, margarinas o hamburguesas; pero solo podemos saberlo cuando vemos la lista de ingredientes, donde se menciona a las ´trans´ como grasas hidrogenadas o parcialmente hidrogenadas. El problema es que esto no lo lee nadie.