Nanysex ayuda desde prisión a la Policía a cazar a otros pederastas

«Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social», reza el artículo 25.2 de la Constitución Española. «El penado no es un ser eliminado de la sociedad, sino una persona que continúa formando parte de la misma, incluso como miembro activo, si bien sometido a un particular régimen, motivado por el comportamiento antisocial anterior de aquel y encaminado a preparar su vuelta a la vida libre en las mejores condiciones para ejercitar socialmente su libertad», dice la Ley Orgánica General Penitenciaria.

Uno de los internos que forman parte de la población reclusa de España es Álvaro Iglesias, alias Nanysex, el vecino de Murcia detenido en 2005 y condenado tres años después a 58 años de cárcel por abusar de cinco niños (aunque llegó a confesar, cuando fue arrestado, que había tocado a más de cien).

Iglesias, que actualmente tiene 35 años, es, desde la cárcel, uno de los presos que asesoran a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la lucha contra la pederastia, según explican fuentes cercanas. El joven era un experto en Internet (de hecho, tenía una tienda de reparación de ordenadores en la capital murciana) y hasta colgaba en la Red vídeos, grabados por él mismo, en el que se le veía agredir a niños, algunos de muy corta edad. El conocimiento que este pederasta pueda llegar a tener de la Red (especialmente de la 'deep web' o Internet profunda, zona fuera de control con contenido que no está indexado por los motores de búsqueda convencionales) puede resultar valioso a la Policía, a la hora de cazar a otros pederastas y abusadores.

Fuentes cercanas al caso detallan que el joven es todo un experto en el uso de Internet. Se movía en foros de contenido pederasta, en los que colgaba material propio para consumo de otros usuarios. «Era un genio de la informática», señalan.

No es extraño que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad recurran a delincuentes penados para beneficiarse de sus servicios de confidente. Cuando se autoriza, los policías se entrevistan con el condenado en la propia cárcel. El fin, llegar a evitar futuros delitos. Especialmente en el caso del abuso de menores.

Nanysex sometía a los pequeños a tocamientos, masturbaciones y felaciones. Él dijo que las agresiones sexuales eran «simulaciones». En julio de este 2018 se cumplirán diez años desde que fue condenado por la Audiencia Provincial de Madrid.

Según datos de la Sala Penal del Tribunal Supremo los casos de abuso sexual a menores suponen el 20% de las causas penales en España. Durante la infancia los pueden llegar a sufrir 1 de cada 4 niñas y 1 de cada 7 niños, según afirma la Asociación para la Sanación y Prevención del Abuso Sexual Infantil (ASPASIM)