«Si el delito no contempla pena de prisión, nunca podremos internar a los menores». Lo tiene claro el fiscal del Menor de Murcia José Antonio Ródenas. Desde el órgano que se ocupa de los delitos imputados a personas que no han cumplido los 18 años se apuesta, cada vez más, por impartir un correctivo con vocación de ejemplaridad que por inclinarse al castigo puro y duro. De ahí que, de los 523 menores condenados en el año 2016 en la Región, a sólo una docena se le privase de libertad de modo tajante, según los datos que maneja el Instituto Nacional de Estadística (INE). Este organismo aún no ha facilitado datos relativos al año 2017.

De los doce condenados en la Región, la mitad eran de nacionalidad extranjera.

El régimen de internamiento cerrado es la medida más restrictiva y severa que se le puede aplicar a un menor de edad. Sería el equivalente de una prisión, aunque todos los internos tienen entre 14 y 17 años. Es, por ejemplo, La Zarza, un centro gestionado por la Fundación Diagrama. Este lugar cuenta con 123 plazas. Con datos del año 2016, había un total 109 menores internados allí. De acuerdo con el INE, únicamente uno de los adolescentes que fue condenado a un internamiento cerrado en la Región 2016 tenía 14 años. Otro tenía 15. De 16 años ingresaron cuatro chicos. De 17, los seis restantes.

Viviendo con psicólogos

Viviendo con psicólogosOtra de las medidas más duras para las personas que no alcanzan la mayoría de edad y cometen un delito es la de internamiento en régimen semiabierto. En este supuesto, en 2016 hubo 173 condenas en la Región.

Desde la Fiscalía de Menores abogan especialmente por la opción de convivencia con grupo educativo. Como su nombre indica, es una convivencia, siempre en un centro abierto, donde los menores condenados viven con otros chicos que están procesados del mismo delito. Con ellos, educadores y psicólogos, que tratan de orientarles para que, en última instancia, regresen a sus hogares.

En comparativa con 2015, el INE no ofrece datos concretos de internamiento cerrado: une éste con el de régimen semiabierto. De esta manera, se condenó a un tipo de internamiento a 175 menores, mientras que a otros 244 se les puso un régimen de libertad vigilada.