Las empresas familiares de la Región han conseguido en 2017 sus mejores resultados en diez años, según revela el Barómetro de Amefmur, presentado ayer. Casi la mitad de las compañías ha aumentado sus ventas y un 35% ha ampliado su plantilla, mientras que el 56% ha mantenido al personal. Una de cada cuatro ha incrementado sus exportaciones y el 64% está manteniendo sus ventas al exterior, lo que permite mantener unas expectativas muy positivas para este año. El buen comportamiento de los negocios familiares también les permite embarcarse en nuevos proyectos, lo que ha llevado a un 37% a mejorar la inversión.

La Asociación Murciana de la Empresa Familiar (Amefmur) presentó ayer la edición número 17del Barómetro que elabora la Cátedra de la Empresa Familiar Mare Nostrum, una publicación que durante los últimos diez años ha registrado semestralmente la evolución de las compañías de la Región gestionadas por las familias. A partir de ahora la encuesta que realiza el Observatorio de la Empresa Familiar pasará a tener una periodicidad anual. En el sondeo presentado ayer han participado 117 empresas.

El Barómetro revela que en 2017 el 47,7% de las empresas familiares han conseguido mejorar su cifra de negocio, mientras que un 36,2% la ha mantenido, según los datos ofrecidos por el director de la Cátedra de la Empresa Familiar, Ángel Meroño.

En el mercado exterior ha incrementado sus exportaciones el 24%, mientras que el 64,2% las ha mantenido.

También ha ampliado su plantilla el 35,1% de las compañías, mientras que el 56,3% ha conservado al personal que tenía.

La inversión repunta en el 37,2% de los casos, lo que supone que casi cuatro de cada diez empresas han decidido reinvertir los beneficios obtenidos en nuevos proyectos.

Los precios de venta son la única variable que refleja una tendencia a la baja en el último año, lo que a juicio de Ángel Meroño muestra la capacidad de adaptación de las empresas para ajustar sus costes tratando de mejorar sus posibilidades de competir en el mercado.

Esta tendencia se corresponde con una preocupación creciente por la competencia, que se ha convertido en la barrera más importante que perciben las compañías encuestadas, según declara el 53,7%. La inquietud que genera la presión competitiva ha desplazado del puesto de cabeza a la debilidad de la demanda, que pasa al segundo lugar.

En el horizonte empresarial también desciende la inquietud que genera la situación política, que se sitúa en el tercer puesto junto con la financiación.

A continuación aparecen los requisitos legales establecidos por la Administración y la necesidad de disponer de «un marco legal que promueva la actividad económica».

Los encuestados incluyen la falta de agua entre retos de futuro a los que deben enfrentarse las empresas familiares, junto con otros suministros como la energía.

Según explicó Ángel Meroño, «el objetivo más importante sigue siendo la reputación», lo que lleva a centrar su atención en mejorar su eficiencia y en controlar sus costes para hacer frente a presión de la competencia.

De hecho, el interés por controlar los costes aumenta ocho puntos y alcanza el 52%. Paralelamente crece también la preocupación por mejorar la atención al cliente, que alcanza el 42%.

«Los principales objetivos que persiguen las empresas familiares son mejorar su reputación, asegurar la supervivencia, la implicación de la familia propietaria, la independencia financiera y la rentabilidad», concluye el informe presentado ayer.

En las expectativas de las empresas también pesa la capacidad de la Administración para luchar contra la economía sumergida.

El Índice de Confianza Empresarial sigue subiendo y consolida una tendencia de crecimiento y valores positivos desde 2014. En 2017 se sitúa en 26,4, lo que supone 6,3 puntos de subida respecto a 2016.

El 71% de las empresas familiares no se plantea cambios en la estructura de la propiedad y la dirección, mientras que aumenta tres puntos el porcentaje de las que se están planteando el relevo generacional y alcanza el 21%. El porcentaje de compañías que proyectan la venta se mantiene en el 4%, al tiempo que desciende al 2% la intención de cierre.

A la presentación del Barómetro asistieron José Orihuela, rector de la Universidad de Murcia; Alejandro Díaz, rector de la Universidad Politécnica de Cartagena; Olga García, directora territorial Levante de BMN; y José María Tortosa, presidente de Amefmur.