Los que lo conocieron destacan de él que era «muy familiar». Tanto, que siempre estaba pendiente de sus hermanos, que residían en su Mula natal. Al menos una vez al mes, gustaba de reunir a toda la familia, para comer juntos. El pasado sábado, sin ir más lejos, estuvo con sus parientes en un restaurante muleño. Ya se veía obligado a desplazarse en una silla de ruedas, y su elevada edad (89 años) mermaba su estado de salud, pero en ningún momento mermó su carácter: amable, divertido y detallista.

Aquilino Pérez Ibáñez era viudo. La muerte de su esposa, hace unos años, le dejó bastante tocado, cuentan sus allegados. A nivel emocional, se rodeó de los suyos hasta el último momento. A nivel profesional, será recordado como uno de los grandes empresarios de la Región de Murcia.

Pérez fundó, a mediados de los 50, la empresa Linasa, fabricante de jabón y detergentes. La compañía se llama así por su hermana Catalina. El empresario, asimismo, era director de la corporación empresarial Aquila desde 2003.

Linasa echó a andar en Alcantarilla, «con un capital bajo el brazo de 50.000 pesetas», recordaba uno de los hijos del difunto. Fue en 1975 cuando se trasladó a Las Torres de Cotillas, donde hoy sigue estando ubicada su sede principal.

Dedicarse a esto ya venía de familia: el padre de Pérez Ibáñez era fabricante de jabones en pastilla. Cuando su vástago terminó el servicio militar, obligatorio en su época, se centró en dedicarse profesionalmente a lo mismo: vender jabones. Y, con constancia y talento, consiguió crecer considerablemente.

La marca incluye varias enseñas propias: Alin, Alin Cosmetic, Lina, Megalin 7 y Luzil, adquirida a Lever-Fabergé en 2003. El grupo de Pérez es proveedor a terceros de detergentes en polvo y líquidos, suavizantes, lavavajillas y otros artículos de limpieza e higiene. Un amplio porcentaje de sus ventas procede de la fabricación de productos de marca blanca de grandes cadenas de distribución, como Dia.

«El empeño y la dedicación de Aquilino consiguieron que Linasa se convirtiera en una de las principales empresas europeas del sector», detallan, con afecto, desde la página web de la entidad.

Y tanto que lo consiguieron: Linasa se expandió primero por España (en Málaga) y luego hasta Argelia (donde abrió una fábrica en 1999 para envasar detergentes en polvo) y República Checa (país en el cual se instaló en 2000, a un pueblo llamado Cesce Velenice).

Pese a su expansión, la empresa no perdió nunca su carácter familiar. Por ejemplo, el director general de Industria Jabonera Lina es Aquilino Pérez Sánchez, hijo del presidente fundador.

La buena gestión de la familia hizo de la compañía una de las más reconocidas de la Región, también a la hora de recibir galardones. Por ejemplo, Pérez Ibáñez recogió para Linasa el Premio de Calidad Ambiental y Desarrollo Sostenible a la Empresa.

La misa por el alma de Aquilino Pérez se celebrará hoy, a las once de la mañana, en la Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel, en la capital murciana. Tras la ceremonia, el cuerpo del empresario será trasladado al cementerio de Mula, su localidad natal, donde recibirá sepultura.