El médico alergólogo con amplia experiencia hospitalaria Juan Antonio Pagán Alemán ha llamado la atención sobre el aumento de reacciones alérgicas que se suele registrar en fechas navideñas debido al consumo de alimentos poco frecuentes en la dieta diaria. Especialmente, ha alertado sobre las reacciones alérgicas a crustáceos o "mariscos de pata", así como frutos secos y frutas, sin olvidar el anisakis, que es un parásito del pescado que provoca reacciones alérgicas muy graves.

En concreto, Pagán insta a la población a "tomar precauciones" porque estos días "se prestan a comer fuera de casa" y los alimentos que se ingieren pueden contener "el alérgeno responsable que pasa inadvertido en la cocina", por ejemplo, al rozarse de forma accidental la carne con el huevo o al manipular el alimento con guantes de látex, siendo el paciente alérgico a huevo o látex.

En la gran mayoría de los pacientes, Pagán destaca que las reacciones alérgicas se manifiestan de forma inmediata tras la ingesta de los alimentos. En algunos casos, suelen ser graves y se presentan en restaurantes o domicilios, donde "no hay medios ni medicación adecuada para tratar la enfermedad grave de forma inmediata", tal y como advierte este profesional sanitario.

Por ello, Pagán considera muy importante que la persona que padezca una reacción alérgica severa o moderada con alimentos "lleve consigo un botiquín con adrenalina autoinyectable, corticoides orales o en gotas y un antihistamínico sublingual u oral".

"Si tiene solamente síntomas cutáneos, tomará antihistamínicos", prescribe Pagán. En caso de afectación pulmonar leve, recuerda que se utilizan broncodilatadores. En función de la gravedad de la reacción, el paciente diagnosticado de alergia a alimentos "se autoinyectará adrenalina intramuscular en el muslo, llamará al 112 y se trasladará a un hospital o Servicio de Urgencias, donde valorarán la administración de adrenalina, antihistamínicos, corticoides orales, broncodilatadores, oxígeno, etc", tal y como señala este profesional sanitario.

Actualmente, Pagán destaca que en determinados casos se pueden realizar tratamientos concretos de desensibilización a algunos alimentos en medio hospitalario, con médicos alergólogos y personal especializado.

Alimentos de riesgo en estas fechas

Entre los posibles alimentos responsables de las reacciones alérgicas en estas fechas, Pagán cita los crustáceos, conocidos vulgarmente como "mariscos de pata", tales como gambas, quisquillas, langostinos, cigalas, nécoras, centollos, etc. Asimismo, advierte que los frutos secos y frutas también suelen provocar reacciones estos días.

Con "mucha menor frecuencia" están implicados los denominados "mariscos de concha" como las almejas, berberechos, chirlas, navajas, mejillones, vieiras y ostras, así como cefalópodos como el calamar, la sepia, el chipirón y el pulpo; o los gasterópodos como las cañaillas, los caracoles, bígaros, etc. Igualmente, Pagán explica que las carnes "apenas producen enfermedades alérgicas".

Sin embargo, este alergólogo explica que también hay que contar con que en estas fechas pueden aparecer reacciones alérgicas a alimentos frecuentes de consumo casi diario, como lácteos o huevos, entre otros.

Aunque los pescados producen reacciones alérgicas "con poca frecuencia", Pagán considera que "no hay que olvidar el anisakis", que es un parásito precisamente de los pescados y de los frutos de mar. En concreto, advierte que sus reacciones alérgicas son en algunas ocasiones muy graves, produciendo anafilaxia.

A este respecto, Pagán ha puntualizado que el ser humano es un portador accidental del anisakis simplex, y ha aconsejado que los pacientes alérgicos a este gusano nematodo "deben evitar comer frutos de mar fuera de su domicilio".

No obstante, ha aclarado que la "inmensa mayoría" de pacientes alérgicos a anisakis toleran sin alergia pescados y frutos de mar que han sido previamente congelados, al menos a -20 grados centígrados durante tres días y cocinados posteriormente en olla, horno, o sartén a temperaturas superiores a 60 grados más de 10 minutos.

El ejercicio físico actúa como "potenciador"

En algunas ocasiones, Pagán destaca que hacen falta dos supuestos para que se produzcan las manifestaciones alérgicas. En primer lugar, es necesario que el paciente tome el alimento responsable y, en segundo lugar, que se asocien "cofactores o potenciadores" de esta reacción alérgica, como por ejemplo practicar ejercicio físico, es decir, bailar, jugar al tenis, montar en bicicleta o jugar al fútbol, etc.

También actúa como "potenciador" en algunas ocasiones la toma conjunta del alimento alérgico con medicamentos, sobre todo analgésicos del grupo "AINES", según Pagán. En menos ocasiones, la reacción la desencadena el alimento en situaciones de estrés potente.

En este sentido, Pagán ha aclarado que los síntomas alérgicos en estos pacientes aparecen "solamente cuando se unen los cofactores descritos y la ingestión del alimento al que está sensibilizado".

Más casos y más severos

En la actualidad, los alergólogos están observando un importante incremento de la incidencia y severidad de las alergias alimentarias, tal y como señala este profesional sanitario. Las razones son múltiples y, entre ellas, Pagán destaca la predisposición atópica de los pacientes, los hábitos alimenticios de esa población o la oferta actual de alimentos estacionales que vienen de otras regiones o países fuera de su temporada habitual".

Asimismo, Pagán cita entre estas razones el aumento de la oferta en el consumo diario de alimentos naturales, las mezclas naturales o industriales de múltiples alimentos enlatados o envasados y la presencia de parásitos, aditivos, contaminantes, etc.

En los niños de nuestro entorno geográfico, la prevalencia por orden de frecuencia suele ser: leche de vaca, huevo, frutos secos, frutas, legumbres, y pescado. En cambio, en los adultos es, por este orden: frutas, frutos secos, marisco y pescados.

A este respecto, Pagán considera "muy importante" enfatizar que "no hay manifestaciones clínicas alérgicas específicas para cada alimento". De otro lado, sus síntomas son a veces idénticos a los producidos por cualquier alérgeno no alimentario como ácaros, pólenes, medicamentos, etc. y precisa que un alimento "no siempre produce la misma sintomatología".

Las manifestaciones clínicas más frecuentes se producen en la piel con urticaria aguda y/o angioedema, dermatitis atópica, eczema, etc. En el aparato digestivo, se constatan síndrome de alergia oral, vómitos, diarrea, hinchazón y dolor abdominal, etc; mientras que en el ojo se da conjuntivitis; en las vías respiratorias se produce rinitis, faringo-traqueitis, edema de glotis, asma bronquial, etc. y también hay que mencionar las afectaciones multiorgánicas graves como anafilaxia y shock.

En términos generales, Pagán precisa que el tratamiento a día de hoy en alergias a alimentos sigue siendo la eliminación en la dieta del alérgeno que produce la enfermedad.

Finalmente, Pagán ha mostrado su confianza en que, "con las comunicaciones frecuentes en los medios de información sobre alergia a alimentos, la preocupación actual del Ministerio de Sanidad, la rápida atención de los mismos en los equipos de urgencias, servicios de alergia etc, se aumente la investigación en los equipos y laboratorios de alergia, inmunología, química, biología y otras especialidades afines".

El objetivo, según este alergólogo, es "ofertar lo antes posible, una terapéutica curativa de la alergia a alimentos, que es cada día más frecuente y severa".