La industria agroalimentaria, que cerrará el año 2017 con un crecimiento cercano al 10%, pide un esfuerzo a la Comunidad Autónoma para evitar que se queden sin ayudas de Bruselas la mitad de los proyectos de inversión que las empresas tienen en marcha. El presidente de Agrupal, José García Gómez, ha explicado hoy antes de la asamblea que celebra la patronal agroalimentaria que casi el 50% de los 330 millones que suman los proyectos presentados a la Administración regional no pueden conseguir financiación europea para el desarrollo de nuevas líneas de producción y de renovación tecnológica porque el Gobierno regional no aporta el 25% de la subvención que le corresponde. Según sus estimaciones, hay 160 millones pendientes de conseguir financiación. Agrupal también expresó su solidaridad y apoyo a los regantes que en ese momento se manifestaban en la ciudad de Murcia para exigir caudales.

García Gómez se lamenta de que Murcia ha agotado todas las ayudas que tenía comprometidas para el periodo comprendido entre 2014 y 2020, por lo que considera necesario abrir una segunda convocatoria, tal y como ha hecho Andalucía, para evitar que se queden en el tintero proyectos de I+D+i en una industria puntera, que representa «el 5% del Valor Añadido Bruto de la Región y aporta un tercio de los 60.000 empleos que proporciona la industria regional, si se excluye el sector energético».

La facturación total de la industria conservera alcanza los 2.000 millones, aunque el sector agroalimentario de la Región incluye todo tipo de productos, desde congelados, dulces, salsas, bebidas, salazones, aceites, panadería y bollería, vinagres, quesos, especias, infusiones y platos preparados.

El presidente de Agrupal explicó que las exportaciones de la industria agroalimentaria alcanzarán este año los 1.800 millones de euros, que representan el 20% de las ventas totales de la Región en el exterior y se reparten en 170 países.

Entre los productos que están consiguiendo un mayor crecimiento destacó los zumos de frutas, que en 2017 incrementarán la producción en un 15%.

Las frutas en conserva han conseguido un tirón del 12% en volumen de ventas, mientras que las golosinas repuntan un 4,7% y el aceite de oliva, un 7%. Los preparados de carne y pescados aumentarán un 14%. Por el contrario, las hortalizas congeladas caen un 5%.

Pese a la buena marcha del sector, los empresarios de la conserva alertan sobre los efectos que están teniendo las barreras arancelarias impuestas por Trump en Estados Unidos y el Brexit en Reino Unido. García Gómez precisó que el encarecimiento de las exportaciones a Gran Bretaña originado por la depreciación de la libra puede dar pie a la expansión de los productos de Sudáfrica en el mercado británico.

Alertó también sobre el impacto que puede tener en la industria de la alcachofa la competencia de Egipto, al haber desaparecido los aranceles aplicados hasta ahora por la Unión Europea.

José García Gómez mostró su solidaridad con los regantes que se manifestaban en Murcia para reclamar agua al mismo tiempo que se celebraba la asamblea y se quejó de que la merma en las producción de frutas y hortalizas que pueda originar la sequía impedía a la industria conservera mantener la actividad y el ritmo de crecimiento que ha alcanzado en los últimos cinco años, con la única excepción de 2015.

La industria se queja igualmente de las trabas administrativas con las que tropiezan las empresas y de «la economía sumergida, que sigue haciendo daño a las empresas que tratamos de competir dentro del marco normativo». A su juicio, son «más héroes que emprendedores».

Agrupal también considera que el Centro Tecnológico Nacional de la Conserva, situado en Molina de Segura, se ha quedado pequeño, dado que, además de las 80 empresas adscritas a la patronal, es utilizado por compañías de toda España para realizar investigaciones y desarrollar nuevos productos agroalimentarios.

Su presidente entiende que el nuevo centro debería construirse «en un parque científico», cerca de los centros de investigación como el Cebas, que se encuentra en el campus de Espinardo, o el Imida.