Los portales de compra y venta de viviendas son visitados cada día por miles de potenciales compradores que acotan sus búsquedas en función de diferentes parámetros, entre ellos, el más importante: el dinero. Sin embargo, el perfil del comprador es tan variado como las ofertas dentro del parque inmobiliario de la Región. Y, entre todos ellos, hay una minoría que no repara en gastos y para los que estos portales de venta dedican una exclusiva sección solo apta para bolsillos privilegiados cuyas viviendas superan con creces la ambición de cualquier mortal.

La Región cuenta con un importante catálogo de viviendas de alto standing disponibles, claro está, reservadas para unos pocos. Algunas de ellas tienen precios de venta superiores a los siete millones de euros, como es el caso del inmueble más caro de la Región actualmente, que se localiza en Molina de Segura, concretamente en la urbanización residencial de Altorreal y que cuenta con 745 metros cuadrados y un coste de algo más de 10.000 euros por metro cuadrado. Los gastos de comunidad tampoco son nada desdeñables: el salario mensual de algunos, 1.200 euros.

La costa es una de las zonas en cuyo suelos se han levantado algunas de las casas más cotizadas de la Región. San Pedro, Mazarrón y La Manga acumulan un gran número de viviendas de lujo, con precios que llegan a alcanzar los cuatro millones de euros. Al margen del gran tamaño, los extras y todas las comodidades con las que cuentan, varias de estas casas tienen el añadido de ser viviendas con firma, ya que han sido diseñadas por arquitectos de fama reconocida internacionalmente y sus vistas son inmejorables.

Aunque muchos de estos inmuebles clasificados como ‘de lujo’ se suelen concentrar en determinadas zonas exclusivas donde lo habitual al preguntar precios son cantidades con un número desorbitado de ceros a la derecha, no todas estas casas están enclavadas en lugares residenciales. Una de las diez viviendas en venta más caras de la Región se encuentra en la sierra de Carrascoy y cuenta con impresionantes vistas de la Sierra Espuña y del Valle del Guadalentín.

El Noroeste de la Región no se queda fuera en cuanto a viviendas de lujo en busca de comprador se refiere. En Cehegín se encuentra una de las viviendas más cotizadas de la Región. Se trata de un palacete de casi tres millones de euros ubicado en el centro del municipio, que cuenta quince habitaciones repartidas en 1.223 metros cuadrados, diversos torreones desde los que contemplar la montaña y casa para los invitados.

Al margen de la costa, la montaña o las zonas de campo y residenciales, hay compradores de los que no miran el precio que prefieren una vida más mundanal y eligen la ciudad para localizar su residencia. Eso sí, sin perder ni un lujo ni comodidad. Es lo que ocurre con uno de los pisos más caros de la Región. Casi un millón y medio de euros separan a cualquier humano de vivir frente a la Catedral de Murcia, con dos chimeneas en el mismo salón, techos de más de cinco metros y una bañera con habitación propia.

Las excentricidades valen oro

Quienes viven con los lujos justos se recrean soñando con una piscina o un jacuzzi en su hogar. Sin embargo, los hay para quienes estas comodidades se quedan cortas y precisan mucho más allá de bodega propia, el gimnasio de rigor o el necesario spa de turno para ahorrarse el balneario.

Las grandes fortunas van un paso más allá. Así, en la Región, se pueden encontrar viviendas de alto standing con garaje para seis vehículos, observatorio astronómico, salón de baile y zona de fumadores. Además, se da por hecho que muchas de ellas han de tener una casa independiente para el servicio y, hasta incluso, en los propios anuncios de venta, se informa de que con la adquisición de la casa va ‘incluido’ el personal de mantenimiento y limpieza.

Más de 18 millones de euros

Recientemente fue adquirido el que ha sido durante un tiempo el inmueble a la venta más caro de la Región: la finca La Loma, embargada al empresario Juan Antonio Roca, quien fuera el cerebro de la Operación Malaya. La empresa Melones el Abuelo ha adquirido tanto la finca, de 82 hectáreas, como la vivienda, de 1.200 metros cuadrados con ermita propia, por 18,5 millones de euros.

El pequeño consuelo para la mayoría que no puede más que soñar con estas casas, si es que lo hay, es el desorbitado gasto de mantenimiento que requieren y los costes disparados en concepto de impuestos.