La Navidad se convierte cada año en una fecha muy deseada por unos, pero también detestada por otros. Sea como fuere, lo cierto es que son pocos los que no se suben al carro del espíritu navideño en forma de adornos, luces, regalos o turrones. Desde hace varios años, al imaginario navideño se ha incorporado un elemento más que no puede faltar en los hogares: la flor de Pascua.

El cultivo en España de la Poinsettia, o Flor de Pascua, empezó para abastecer a la creciente demanda de una «moda importada»y se inició hace unos 40 años en Cataluña, según explica el experto y productor Pere Salvat, de la Cooperativa de Plantas Ornamentales del Maresme.

La Región, junto con Almería y Alicante, es una de las productoras principales de flor de Pascua, ya que acumula un 20% del total de cultivo. Este se concentra, sobre todo, en el área de Totana, Puerto Lumbreras y Lorca, «hasta el límite con Almería», explica Julián Díaz, presidente de la cooperativa murciana Alimer, que reúne a más de 1.700 socios, 88 de ellos dedicados en exclusiva a la plantación de flores ornamentales.

Esta cooperativa ha producido este año en torno a 50.000 plantas, de las que «el 50% se han vendido fuera de la Región, en Alicante y Albacete». Esta producción se suma a la de pequeñas plantaciones y otras de mayor tamaño como Viveros Lumbreras cuyo director general, Domingo López, aseguró que en 2017 se han cultivado 40.000 poinsettias.

La sequía también afecta

La sequía también afectaJulián Díaz reconoce que la falta de agua ha afectado, aunque no directamente, al cultivo de la flor de Pascua. «Perjudica por la calidad del agua. Se trata de una planta muy sensible a la salinidad, por lo que hemos tenido que estar muy atentos a la procedencia del suministro, bien de desaladoras, bien de pozos», señala.

Además, destaca que esta planta «necesita de unas condiciones muy concretas ya que es muy sensible al frío, pero también precisa de días nublados y fríos porque estos hacen que las hojas tengan el color rojo intenso tan típico de la Navidad». Dada la climatología que hemos experimentado en los últimos meses, sin apenas días lluviosos, «los agricultores han tenido que recurrir a sombrajes y mantas, que les suponen un sobrecoste, para que las plantas tengan el color que pide el cliente».

Respecto al tipo y color de las plantas, «hoy por hoy es extraño el hogar en el que no haya una, y aunque el color rojo sigue siendo el mayoritario se estilan poinsetias blancas, jaspeadas, biocolores o rosas, cuyo cultivo comienza entre julio y agosto para que a finales de año estén listas para el mercado», destaca Salvat.

Por otro lado, desde hace unos pocos años se empiezan a ver en el mercado «mini-poinsetias» que se demandan, sobre todo, para la restauración con el fin de decorar las mesas en Navidades.

Salvat reconoce que la producción anual lleva estable desde hace unos 10 años y no prevé un incremento notable: «El mercado y la producción se han encontrado. Hemos alcanzado el techo, ya que se vende todo lo que se produce», detalló.

Además, en este sentido, apunta Salvat que hoy en día España se autoabastece y ha conseguido que la poinsettia se convierta en una planta «kilómetro cero, de proximidad», ya que las importaciones son testimoniales: «Se importa muy poco y, lo poco que entra, viene de Holanda».

La principal razón de esta paulatina reducción de las importaciones en los últimos años se debe a que la flor de Pascua es «muy delicada, viaja muy mal», y su cultivo «necesita calor», se ha adaptado muy bien al sistema de invernaderos ibéricos y ha ido en aumento.

Por su parte, el director de la cooperativa Alimer de la Región, reconoce que cada año se incrementa sensiblemente el número de plantas cultivadas, ya que cada año más hogares se unen a esta moda y «en los que ya está implantada lo que suelen hacer es regalar o comprar varias».

Almería es la principal productora, con un 25% del total. Pero la Región acorta distancias, junto con la zona de Alicante, al cultivar el 20% cada una de las plantas que se venden en estas fechas. Además, Cataluña aporta hoy en día en torno a un 15% de las flores de Pascua que se venden en España y Canarias produce casi un 10 % del total, mientras que la zona norte de la Península cultiva en torno al 11%.

El otro agosto de los viveros

El otro agosto de los viverosJunto con Todos los Santos y el Día de la Madre, la temporada de la flor de Pascua «es una de las fechas clave para los productores de flores ornamentales, por lo que su cultivo comienza varios meses antes para que todo esté listo en estas fechas», explicó Julián Díaz.

Según el presidente de Alimer, la venta de estas plantas se realiza a mayoristas por un precio en torno a los 2 o 2,80 euros y el precio en el mercado, «ya de cara al consumidor, no es mucho más elevado, por lo que se ha convertido en una planta que forma parte de la decoración navideña», casi tanto como el árbol de Navidad.

De cara a los próximos años, Julián Díaz no descarta que la cooperativa se sume al carro de otra moda que viene pisando fuerte por navidades: la del acebo y el muérdago. La Navidad se actualiza y con ella el espíritu navideño que se rodea de nuevos elementos para exaltar su celebración.