A sabiendas y jugándosela. Éste es el perfil, en líneas generales, del conductor en España que combina alcohol y volante: pese a ser consciente de que no está en condiciones de conducir, e incluso, conociendo que su comportamiento puede desembocar en una multa y en un delito contra la seguridad vial, aún así, la inmensa mayoría de conductores ebrios se sube al coche, arranca el motor y se incorpora al tránsito rodado.

Éste al menos es uno de los muchos aspectos que se desprenden de un estudio del Centro Crímina, perteneciente a la Universidad Miguel Hernández, a través del cual se relaciona la delincuencia vial, la reincidencia y la delincuencia común en general.

El 95% de los que conducen bajo los efectos del alcohol reconocen que cogieron el coche aún a sabiendas de que no estaban en condiciones para ello. Además, el 90% sabe que conducir en este estado es delito, según se recoge en este trabajo de los profesores e investigadores Fernando Miró Llinares y Rebeca Bautista Ortuño.

«Llama la atención que casi la totalidad de los infractores transgredieran la norma penal siendo conscientes de que su estado no era el apropiado para conducir y, por otra parte, de que, adema?s supieran que esa transgresión que estaban cometiendo constituí?a un delito, sancionado, en consecuencia, de forma ma?s severa que cualquier otra infracción administrativa», indican los científicos.

Miró y Bautista entienden que estos resultados son coherentes con otros estudios a partir de los cuales se indica que si la certeza percibida del castigo es baja, la severidad de las penas asociadas a la transgresión de normas no influye en la toma de decisiones a la hora de involucrarse en un acto delictivo, «por lo que podemos sospechar que la probabilidad percibida de ser detectado debía ser baja entre los infractores de la muestra», relatan los investigadores de la UMH.

Un total de 55.543 conductores (1.333 de ellos en la Región) han sido sancionados en España más de una vez en los últimos cinco años por conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas.

Son datos que el Gobierno ofrece en una respuesta parlamentaria a los diputados socialistas Pablo Bellido, Aurora Florez, Patricia Blanquer y Julián López.

La respuesta pone cifras a uno de los principales problemas que Tráfico ha identificado a la hora de reducir la siniestralidad en las carreteras: la reincidencia en consumo de alcohol y drogas al volante.

De hecho, uno de los ejes en los que se han anunciado medidas para atajar la siniestralidad es en el endurecimiento de las sanciones a esos reincidentes.

También es una de las reivindicaciones de las asociaciones de víctimas, que insisten en la necesidad de poner freno a la reincidencia, sobre todo de aquellos conductores con un amplio historial de consumo de drogas y alcohol al volante, para quienes los actuales cursos de sensibilización no son suficientes.

Por ello, la DGT ha decidido que los conductores reincidentes en alcohol y drogas, es decir, los que hayan cometido dos o más infracciones de este tipo en menos de dos años, serán remitidos a las autoridades sanitarias para que evalúen si tienen un problema de abuso o dependencia de esas sustancias antes de recuperar la vigencia de su carné.

Por comunidades autónomas, Andalucía acumula el mayor número de reincidentes, con 12.175, pero, en relación con la población, destacan las cifras de Galicia (7.654), Canarias (3.565) y Asturias (1.899)

En la Comunidad de Madrid hay 2.149 reincidentes, menos que en las provincias de Barcelona (5.003), Valencia (3.553), Sevilla (3.283), Pontevedra (3.044), A Coruña (2.671) o Málaga (2.549).

Las claves

  • Sanción de 500 euros y retirada de cuatro puntos | En España, el tratamiento legal de la alcoholemia tiene dos caminos posibles: la vía penal y la vía administrativa. De este modo, beber y conducir puede representar una mera infracción o, por el contrario, llegar a tener consecuencias penales. Conducir con valores superiores a 0,25 y hasta 0,50 (profesionales y titulares de permisos de conducción con menos de dos años de antigüedad más de 0,15 hasta 0,30), será sancionado con la multa económica de 500 euros y la retirada de cuatro puntos.
  • Mil euros y juicio rápido | Cuando la tasa de alcohol en aire espirado sea superior a 0,60 o presente una tasa de alcohol en sangre superior a 1,2 gramos por litro se enfrenta a penas de prisión de 3 a 6 meses o multa de 6 a 12 meses o bien a trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días, y en cualquier caso privación del derecho a conducir por tiempo superior a uno y hasta cuatro años. La multa aquí son mil euros y seis puntos menos. Normalmente se celebra juicio rápido, en el cual, si el acusado acepta los hechos, la condena se le reduce en un tercio.